Venecia registraba una histórica acqua alta (marea alta) el martes 12 de noviembre por la noche, con un pico que podría alcanzar o superar 1.90 metros, según el Centro de Mareas de la ciudad italiana.
"Nos enfrentamos a una marea más que excepcional. Todos están movilizados para manejar la emergencia", tuiteó el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro.
"Mañana pediremos el estado de catástrofe natural porque los daños serán probablemente importantes y se espera que siga subiendo el nivel del agua", añadió Brugnaro.
"Necesitamos que todos nos ayuden a hacer frente a lo que es claramente el impacto del cambio climático", añadió el alcalde, al final de la noche, en la famosa plaza de San Marcos.
Hacia medianoche, el Centro de Mareas indicaba que las mareas habían subido en torno a 1.87 m, la mayor "acqua alta" desde el récord de 1.96 m, registrado el 4 de noviembre de 1966.
Pese a esta subida excepcional de las aguas, la ciudad de los canales no está completamente sumergida ya que la altura media de la ciudad se sitúa en torno a 1.30 metros sobre el nivel del mar.
"Estábamos al tanto del fenómeno pero fuimos a tomar algo y cuando salimos, miren...", declaró a la AFP-TV una turista francesa, que formaba parte de un grupo sorprendido por la subida excepcional de las aguas.
En esta ocasión, las aguas han inundado el vestíbulo de la basílica de San Marcos, algo poco frecuente. El procurador del edificio Pierpaolo Campostrini había previsto guardias nocturnas para vigilar la subida del nivel de la laguna.
Según Campostrini, en toda la historia de la basílica, construida en el año 828 y reconstruida tras un incendio en 1063, solo se ha inundado el vestíbulo en cinco ocasiones. Lo más preocupante es que tres de las cinco grandes inundaciones se han producido en los últimos 20 años. La última en 2018.
Para proteger a la ciudad de las mareas, que afectan cada vez más a su patrimonio artístico, en 2003 se empezaron a construir 78 diques flotantes en el marco del proyecto MOSE (acrónimo de Módulo Experimental Electromecánico).
Dichos diques cerrarán la laguna en caso de subida de las aguas del Adriático. Pero los sobrecostos y las deficiencias en la construcción han retrasado su puesta en marcha.