El presidente colombiano Juan Manuel Santos visitará este jueves a su homólogo estadounidense Donald Trump en la Casa Blanca, tras una invitación de Washington centrada en la lucha contra el narcotráfico, la crisis en Venezuela y el posconflicto entre el Gobierno y la guerrilla colombiana.
El mandatario llegará a Estados Unidos para intentar mantener la ayuda de un aliado clave en la lucha contra el tráfico de drogas en un momento en que las plantaciones de coca están más extendidas que nunca desde el año 2000 y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ultiman el abandono de las armas tras el acuerdo de paz sellado a fines del año pasado.
Durante su visita, Santos, el tercer presidente latinoamericano en ser recibido por Trump, también tiene previstas reuniones con el vicepresidente Mike Pence y con representantes del Congreso, institución que aprobó hace unas semanas una ayuda a Colombia por 450 millones de dólares.
"El ambiente que hay en Estados Unidos frente a Colombia es muy positivo, que se demostró hace unos días con la aprobación de la propuesta que había hecho el gobierno anterior para financiar Paz Colombia", dijo el martes el presidente desde Bogotá en relación a un programa del gobierno de Barack Obama para apoyar el posconflicto en sustitución del Plan Colombia, iniciado 15 años atrás y centrado en el narcotráfico.
A días de su primera visita oficial a Trump, Santos recorrió varias zonas cocaleras del país para lanzar programas de sustitución de cultivos ilícitos y tratar de dar forma a su empeño de erradicar 100 mil hectáreas de coca este año.
El gobierno prevé que esos programas reemplacen unas 50 mil hectáreas con sembradíos de plátano y arroz, entre otros, mientras que la otra mitad será erradicada de manera forzada por la fuerza pública.
La ayuda estadounidense dependerá en gran medida de la habilidad del presidente colombiano para demostrar su compromiso en eliminar los cultivos ilícitos, que aumentaron este año 18% hasta alcanzar 188 mil hectáreas, según un informe de la Casa Blanca, explicó a The Associated Press Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano.
"Creo que este tema preocupa a mucha gente en Washington, tanto a republicanos como a demócratas", agregó Shifter.
La invitación oficial de la Casa Blanca destacó también la preocupación de Estados Unidos por la "erosión democrática" de Venezuela, donde la oposición lleva casi dos meses de protestas continuadas y los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad han dejado decenas de muertos.
"Es importante la conversación que puedan tener los dos presidentes sobre la región y, obviamente, esa temática incluye a Venezuela", aseguró a AP Camilo Reyes, excanciller, diplomático y analista colombiano.
"Los países vecinos como Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, Colombia o Chile pueden diseñar alternativas que ayuden a Venezuela a avanzar y reducir los elementos violentos", agregó.