El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, aseguró este miércoles 21 de junio que tiene las "manos limpias" en el caso de los sobornos pagados por la brasileña Odebrecht en su país, durante una larga y tensa comparecencia voluntaria ante el Congreso.
"No tengo nada que ocultar. Mis manos están limpias", dijo Glas en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, a la que acudió un numeroso público oficialista.
Asambleístas de oposición pretenden llevar a juicio político al reelegido vicepresidente socialista, quien estuvo a cargo de los sectores estratégicos en su anterior mandato, por considerar que tuvo responsabilidad política en casos de corrupción durante la ejecución de obras, varias de ellas de la constructora brasileña.
"No hay una sola prueba en mi contra de absolutamente nada (...). Mi patrimonio es donde vivo, la camioneta que manejo. Vivo de mi salario y el de mi esposa", expresó Glas, vicepresidente desde 2013 y servidor público desde 2007.
Durante su intervención de tres horas, interrumpida con frecuencia por los aplausos de sus partidarios y los reclamos de los opositores, presentó la lista de las construcciones ejecutadas por la compañía brasileña -en Ecuador desde 1987-, pidió que se investigue "todo y a todos" en los últimos 40 años y advirtió que tomará acciones legales para defender su "honra".
"Nadie le ha ofrecido plata a Glas y si lo hubiera hecho estaría preso", exclamó el vicepresidente, que tildó a Odebrecht de "mafia organizada".
En el turno de preguntas, varios diputados opositores le cuestionaron a Glas sobre la relación con su tío Ricardo Rivera, uno de los ocho detenidos con prisión preventiva mientras avanzan las investigaciones por el caso Odebrecht en Ecuador.
"Si yo conocía que Ricardo Rivera se tomaba mi nombre [para acordar contratos aprovechándose de su parentesco], absolutamente no", respondió. También está detenido el exministro de Electricidad Alecksey Mosquera y las autoridades han efectuado un total de 18 allanamientos.
La petición de juicio político debe ser respaldada por al menos una tercera parte de los 137 miembros del Congreso (de mayoría oficialista) y luego avalada por el Consejo de Administración Legislativa (también dominada por el oficialismo), y la Corte Constitucional. De darse el enjuiciamiento, para proceder a destitución se requiere el voto favorable de las dos terceras partes de la Asamblea.
El vicepresidente, un ingeniero en Electricidad que impulsó el cambio de la matriz energética con la construcción -cuestionada por la oposición- de ocho centrales hidroeléctricas, indicó que no tiene cuentas en paraísos fiscales y que está "dando la cara" al país.
"No me he ido a ningún lado. No me voy a ir a Panamá, no me voy a ir a Miami, no me voy a ir a Perú. Creo que debemos buscar legislaciones internacionales para que ningún corrupto se pueda esconder en ningún país", manifestó.
El martes, el contralor general del Estado de Ecuador, Carlos Pólit, otro de los investigados por este caso que ha sacudido a muchos países del continente, renunció a su cargo "por razones médicas" desde Miami, en medio del juicio político que la Asamblea sigue en su contra por el caso de la constructora brasileña.
La semana pasada, el fiscal Carlos Baca anunció que la justicia de Ecuador firmó un convenio con Odebrecht para investigar la millonaria de trama de sobornos y advirtió que dicho acuerdo no garantiza inmunidad de quienes cooperan con los investigadores.
La Fiscalía ecuatoriana abrió la investigación por el caso tras la revelación del Departamento de Justicia de Estados Unidos en diciembre pasado de que la empresa pagó entre 2007 y 2016 unos 33.5 millones de dólares a funcionarios ecuatorianos.