Los excarcelados políticos y los nicaragüenses a los que las autoridades de su país les privaron de su nacionalidad urgieron este jueves a Estados Unidos, España y a los otros países que les han ofrecido la nacionalidad ayuda para conseguir la reunificación familiar.
“Urgimos al Gobierno estadounidense y de las otras naciones hermanas que nos han ofrecido su nacionalidad, lleven adelante acciones conducentes a nuestra pronta reunificación con nuestras familias”, expresó el grupo de nicaragüenses desnacionalizados en una declaración.
Nicaragua ha retirado la nacionalidad a 317 nicaragüenses, entre ellos los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, los obispos Rolando Álvarez y Silvio Báez, el excomandante de la revolución Luis Carrión, la legendaria exguerrillera Dora María Téllez, la veterana defensora de derechos humanos Vilma Núñez, el periodista Carlos Fernando Chamorro, entre otros, todos muy críticos del Gobierno de Daniel Ortega.
En su mensaje, los apátridas nicaragüenses aseguraron que “el régimen continúa con sus acciones de intimidación, amenazas y asedio en contra de nuestros seres queridos, incluyendo a nuestros hijos menores de edad, con discapacidad u otras condiciones de vulnerabilidad, al impedirles la obtención de los documentos oficiales necesarios para adquirir pasaportes válidos para poder salir legalmente de Nicaragua”.
PIDEN LES APRUEBEN MECANISMOS LEGALES
Por tanto, solicitaron “respetuosamente a los Poderes Ejecutivo y Legislativo estadounidenses que consideren aprobar mecanismos legales para que los 222 pasajeros del vuelo a la libertad, así como a los 94 hermanos que posteriormente también fueron ilegítimamente arrebatados de la nacionalidad nicaragüense podamos recibir la condición de refugiados o asilados políticos de manera expedita”.
De esa forma, agregaron, podrán recibir “la asistencia necesaria por parte de las agencias federales correspondientes, y lograr nuestra pronta inserción social y laboral en esta gran nación, el acceso a los servicios de salud física y emocional para superar los traumas y secuelas originadas por las torturas físicas y psicológicas sufridas por parte de los agentes de la dictadura”.
En el documento también agradecieron a “todas las naciones hermanas que mantuvieron la incesante demanda por la liberación de todas las presas y presos políticos”.
“Y de manera particular a los pueblos y gobiernos de España, Chile, Argentina, Colombia, México, Panamá, Honduras y Brasil, que nos han ofrecido la posibilidad de recibir su nacionalidad y/o asilo, ante el despojo de la nuestra, así como a las facilidades migratorias anunciadas por Ecuador y Costa Rica”, añadieron.
Los nicaragüenses desnacionalizados emitieron esa declaración un mes después que la excarcelación de 222 presos políticos, que fueron expulsados de su país, entre ellos prominentes figuras de la oposición nicaragüense, que fueron trasladados a Washington en un avión fletado por el Gobierno estadounidense.
PIDEN LIBERACIÓN DE OBISPO ÁLVAREZ
El obispo Rolando Álvarez, muy crítico con el Gobierno sandinista, se negó a subir en el avión y a ser desterrado, y un día después fue condenado a 26 años y 4 de meses de prisión tras ser declarado culpable por delitos considerados “traición a la patria”, privado de su nacionalidad y trasladado de su arresto domiciliario a la cárcel Modelo.
Las autoridades de Nicaragua también retiraron su nacionalidad, el pasado 15 de febrero, a 94 nicaragüenses.
En la declaración, también denunciaron “la persecución que sufre la Iglesia católica, así como otras denominaciones cristianas en Nicaragua por parte del régimen, que sigue encarcelando y desterrando a sacerdotes, pastores, religiosos y laicos comprometidos, que han alzado su voz profética”.
En especial, exigieron “la inmediata e incondicional liberación de las 37 personas presas políticas que aún siguen secuestradas en las ergástulas de la dictadura, especialmente del obispo de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, monseñor Leonardo Urbina Rodríguez y el sacerdote Manuel Salvador García”
Asimismo, instaron “a la comunidad internacional para que continúe ejerciendo la presión necesaria a fin de lograr su liberación y la recuperación de la democracia, arrebatada de manera progresiva al pueblo nicaragüense durante los más de 40 años de desgobierno sandinista”.