El arresto del jefe oficialista en el Senado enreda la crisis en Brasil

El arresto del jefe oficialista en el Senado enreda la crisis en Brasil


La detención este miércoles del legislador Delcídio Amaral, jefe del oficialismo en el Senado de Brasil y arrestado por orden de la Corte Suprema, ha enredado aún más la crisis política que vive ese país y ha encendido las alarmas en el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.

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Amaral, del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), fue detenido a primera hora por la Policía Federal debido a que, según el Tribunal Supremo, intentó sobornar a uno de los detenidos por las corruptelas en Petrobras para que no aceptara un acuerdo de cooperación judicial a cambio de una reducción de pena.

El magistrado Teori Zavascki, miembro de la Corte Suprema, dijo que la Fiscalía comprobó que el senador contactó al exdirector de Petrobras Nestor Cerveró, detenido por el caso, y le ofreció 50 mil reales (13 mil 300 dólares) por mes a cambio de su silencio e incluso le planteó ayuda para una eventual fuga al exterior.

La oferta quedó registrada en documentos y grabaciones hechas por la Fiscalía con autorización judicial que "no dejan lugar a dudas" y suponen "el comportamiento digno de un miembro de la mafia", declaró el juez al justificar la detención.

En la operación realizada este miércoles  también fueron detenidos el jefe de gabinete del senador, Diogo Ferreira, y el banquero André Esteves, consejero delegado del banco de inversión BTG Pactual.

Hace tres años Esteves entró en la lista de las 20 personas más acaudaladas de Brasil, con una fortuna calculada en unos 3 mil millones de dólares, amasada también con negocios petroleros.

La Fiscalía solicitó su arresto porque supuestamente apoyó con dinero a Amaral en su intento de soborno a Cerveró, un hombre que fue clave en un polémico negocio que llevó a Petrobras a comprar una refinería en Estados Unidos en 2006.

Petrobras pagó en su momento unos mil 180 millones de dólares por esas instalaciones a la compañía belga Astra Oil, que un año antes las había comprado por 42.5 millones de dólares.

Cuando hace cuatro años se denunciaron supuestas irregularidades en ese caso, que está en la mira de los jueces que investigan las corruptelas en Petrobras, Rousseff ya gobernaba el país, pero en la época de la operación presidía el consejo directivo de Petrobras.

La oposición llegó a acusarla de haber avalado desde ese cargo un negocio "fraudulento", frente a lo cual la mandataria afirmó en una nota oficial que el consejo de Petrobras había recibido "información incompleta" y "equivocada" de la dirección que entonces ocupaba Néstor Cerveró.

Este mismo año, un empresario arrestado por las corruptelas en Petrobras denunció que Amaral recibió sobornos de entre 250 mil y 400 mil dólares por el contrato de compra de esa refinería, que hoy ha vuelto a la primera plana de un escándalo que se acerca otra vez a Rousseff.

La mandataria guardó silencio hoy sobre la detención de Amaral y, aunque tenía previsto recibir en audiencia pública a unas jugadoras de la selección de balonmano, finalmente el acto fue privado y no se permitió el acceso a los periodistas.

El PT, partido al que pertenece Rousseff y el más salpicado por el escándalo de Petrobras, al punto de que su extesorero Joao Vaccari ha sido condenado a 16 años de cárcel por este asunto, solo se manifestó sobre el caso de Amaral mediante una breve nota, en la que se desmarcó del intento de soborno."Ninguna tratativa hecha por el senador tiene relación con su actividad partidaria", por lo cual "el PT no se siente obligado a ningún gesto de solidaridad", dice el comunicado.

En el Parlamento, la única voz que se alzó en el PT fue la del jefe del grupo de ese partido en el Senado, Humberto Costa, quien dijo que "ese hecho, por más grave que sea, no debe contaminar la actividad legislativa, pues el Parlamento tiene temas de muchísima importancia, de interés del país, y debe continuar trabajando".

Sin embargo, el Parlamento brasileño casi que se paralizó hoy, al punto de que varias comisiones suspendieron las reuniones que tenían previstas y también fueron canceladas las sesiones ordinarias de los plenos del Senado y la Cámara de Diputados.

El Senado recibió hoy la documentación judicial que justificó la detención de Amaral, pues según las leyes brasileñas, en el caso de legisladores en actividad, un arresto debe ser refrendado por la Cámara correspondiente.

El presidente del Senado, Renán Calheiros, convocó entonces para la misma noche de este miércoles a una sesión extraordinaria del pleno de esa Cámara, en la que los senadores presentes respaldaron por 59 votos contra 13 la decisión que llevó a prisión a Amaral.

De ese modo, permanecerá detenido en forma cautelar, lo cual la Corte Suprema consideró necesario debido a su "clara intención de obstruir la acción de la justicia". 

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