El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, avanzó este lunes en la conformación de su gabinete con el anuncio de varios altos cargos incluyendo la confirmación de que Antony Blinken será su secretario de Estado y el de Alejandro Mayorkas para Seguridad Interior.
La elección de Blinken, un avezado diplomático que fue número dos del Departamento de Estado, indica un retorno hacia el multilateralismo después de la estrategia de Donald Trump de distanciarse de los aliados tradicionales de Washington.
“Alejandro Mayorkas, exsubsecretario del DHS, quien ha sido confirmado por el Senado de Estados Unidos tres veces a lo largo de su carrera, será el primer latino e inmigrante nominado para servir como secretario del Departamento de Seguridad Interior”, informó el equipo de transición de Biden en un comunicado.
La elección de Blinken, un avezado diplomático que fue número dos del Departamento de Estado, indica un retorno hacia el multilateralismo después de la estrategia de Donald Trump de distanciarse de los aliados tradicionales de Washington.
Además eligió al exjefe de la diplomacia John Kerry como delegado especial para el clima, a Linda Thomas-Greenfield como embajadora ante la ONU, a Avril Haines, como directora de Inteligencia Nacional y a Jake Sullivan, como Asesor de Seguridad Nacional.
En un signo de renovación, Biden eligió a Alejandro Mayorkas como jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS).
Mayorkas -que nació en La Habana- será el primer latino en dirigir esta cartera que se encarga entre otros temas de la inmigración.
“No tenemos tiempo que perder cuando se trata de nuestra seguridad nacional y nuestra política exterior”, dijo Biden en un comunicado que fue emitido en inglés y en español.
Biden destacó que los miembros de su gabinete son “experimentados” y que han probado sus cualidades “en situaciones de crisis” y que estarán abocados a la tarea de “reconstruir” las instituciones y renovar y reformular el “liderazgo estadounidense”.
Muchos de los nombramientos que el gobierno demócrata planea deberán pasar por el Senado donde hasta ahora los republicanos tienen una ajustada mayoría, que podrían perder dependiendo del resultado de la elección extraordinaria de los dos cupos para la Cámara Alta en Georgia, el 5 de enero.
RESULTADOS
Con la esperada certificación de los resultados en Michigan, las esperanzas del mandatario republicano se desvanecen, sobre todo desde que su equipo perdió una batalla legal en curso en Pensilvania, que también se apresta a oficializar sus cómputos.
Este lunes, la Casa Blanca volvió a anunciar que el presidente no tiene eventos públicos en su agenda, una constante en las últimas dos semanas.
El mandatario también ha evitado a la prensa, marcando un fuerte contraste con su estrategia comunicacional durante su gobierno.
Si bien los resultados muestran que Biden tuvo una cómoda mayoría, las tácticas de Trump apuntan a perturbar los procesos de certificación de los diferentes estados de cara al voto formal del Colegio Electoral el 14 de diciembre.
A medida que pasan los días aparecen poco a poco grietas entre los republicanos: el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie -que fue un cercano confidente del presidente- marcó distancia y se refirió al equipo legal de Trump como una “vergüenza nacional”.
El senador por Pensilvania Patrick Toomey dijo después de la decisión judicial que Trump había agotado “todas las opciones legales plausibles”.
El último peso pesado en descolgarse y en presionar a Trump para que acepte los resultados fue Stephen Schwarzman, un banquero que dirige el fondo privado Blackstone y que fue muy cercano al mandatario.
“El país debería pasar la página”, dijo a Axios el lunes.