El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció este martes que el trazado del nuevo tren que unirá Santiago con la ciudad porteña de Valparaíso tendrá 172 kilómetros, seis paradas y un recorrido de 1 hora y 30 minutos.
“Esto ya está en marcha. No son anuncios fantasma. Los estudios correspondientes para llevar a cabo la construcción comienzan este año y debieran estar finalizados en 2025″, dijo Boric desde la Estación de Metro-Tren de Limache, una de las paradas incluidas en el nuevo trazado.
El proyecto, que finalizará en 2030, utilizará parte de la infraestructura ya existente como vía de carga y como servicios suburbanos, y contempla paradas en la Región Metropolitana (Quinta Normal, Batuco, Tiltil) y la de Valparaíso (Llayllay, La Calera, Limache y El Salto, en la ciudad de Viña del Mar), varias de ellas en puntos hoy con una conectividad deficiente.
“Decidimos apostar por un tren de cercanías con el foco puesto en la integración de las localidades que se fueron desarrollando al alero del antiguo tren, pero que, una vez se abandonó el servicio ferroviario, en 1986 [durante la dictadura], fueron quedando al margen del desarrollo inclusivo al que aspiramos como país”, añadió el presidente.
El ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, por su parte, expresó que el trazado definido es “la mejor alternativa” ya que “es viable financieramente y con la relación social que corresponde”.
Las obras contemplan una inversión de $1,320 millones en su primera etapa. La segunda, sujeta a la demanda y cantidad de pasajeros y que acortaría el trayecto a unos 45 minutos, conectaría Tiltil directamente con Viña del Mar y Valparaíso y elevaría la cifra total hasta los $3,820 millones, un monto superior al proyectado en un inicio.
“Este es un proyecto de largo aliento que más que responder a coyunturas particulares, responde a lo que la ciudadanía realmente quiere. Hay que mejorar su calidad de vida y sobre todo de ciudades que vienen esperando este anuncio hace décadas”, agregó García.
El tren podrá alcanzar entre 140 y 170 kilómetros por hora, según los tramos de recorrido.
Expertos chilenos coinciden en que el desarrollo del ferrocarril es una inversión de futuro para el país y un avance en materia medioambiental, a pesar del complejo momento económico que atraviesa.
La construcción de la línea de ferrocarril forma parte del programa del Gobierno “Trenes para Chile”, que pretende recuperar la red férrea abandonada en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).