Los brasileños acudieron este domingo 15 de noviembre a las urnas en la primera vuelta de los comicios municipales, desarrollados en calma pese a la pandemia de Covid-19 y que, según analistas, confirmarán el giro a la derecha iniciado en 2018.
En Sao Paulo y Rio de Janeiro, las dos mayores ciudades del país, las proyecciones apuntan que habrá un balotaje.
El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luis Barroso, reportó una jornada “normal en todo Brasil” y “una sociedad muy movilizada” para votar pese a que admitió una posible gran abstención por la pandemia. Por ley, los brasileños están obligados a votar, pero pueden justificar su ausencia o pagar una pequeña multa en caso de no hacerlo.
La mayoría de los circuitos electorales cerraron a las 20:00 GMT, tras haber abierto una hora más temprano para evitar aglomeraciones por el coronavirus y haber implementado medidas como el uso obligatorio de mascarillas y distanciamiento entre votantes.
Dos años después de la llegada al poder de Jair Bolsonaro y el fin de una seguidilla de victorias presidenciales de la izquierda, los analistas estiman que estas municipales reforzarán a aquellos candidatos de partidos tradicionales de derecha y centroderecha, como MDB, PSD, PP y DEM.
Esto no significa necesariamente un apoyo al “bolsonarismo”. Los postulantes apoyados por el presidente, que llegó sin partido a estas elecciones, obtenían resultados mixtos en grandes ciudades como Sao Paulo y Rio de Janeiro, según proyecciones de boca de urna de la consultora Ibope.
Con 33% de la intención de voto, el alcalde paulista Bruno Covas (PSDB, centro) disputaría la segunda vuelta el 29 de noviembre con el líder del movimiento de Trabajadores sin Techo (MTST), Guilherme Boulos (25%), del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). Las proyecciones quitan de la contienda al candidato respaldado por Bolsonaro, el periodista conservador Celso Russomanno (8%), de Republicanos.
En Rio de Janeiro, el exalcalde Eduardo Paes (DEM, derecha) despuntaría primero con 39%, seguido del actual alcalde evangélico y aliado de Bolsonaro, Marcelo Crivella (Republicanos, derecha) (20%).