Caen en poder de los talibanes otras tres capitales provinciales de Afganistán

Caen en poder de los talibanes otras tres capitales provinciales de Afganistán


La gran ciudad de Kunduz, Sar-e-Pul y luego Taloqan, todas en el norte de Afganistán, cayeron el domingo en poder de los talibanes, llevando a cinco las capitales provinciales tomadas por los insurgentes en tres días.

Se trata del más importante avance de la ofensiva militar de los talibanes lanzada en mayo pasado, cuando las fuerzas extranjeras presentes en Afganistán empezaron a retirarse del país.

“Tras feroces combates, los muyahidines, por la gracia de Dios, capturaron hoy la capital de la provincia de Kunduz”, ubicada a 300 km al norte de la capital Kabul y a 50 km de la frontera con Tayikistán, anunciaron los talibanes en un comunicado.

En Sar-e-Pul, “los talibanes rodearon un batallón del ejército en las afueras de la ciudad” y “todas las demás partes de ésta están bajo control talibán”, declaró Mohamad Hussein Mujahidzada, miembro del consejo de la provincia del mismo nombre.

Más tarde, los insurgentes se apoderaron de Taloqan, en la provincia de Tajar.

Una fuente de seguridad afirmó que se retiraron de la ciudad “después de que el gobierno no consiguiera enviar ayuda”.

Y un habitante de la localidad, Zabihullah Hamidi, afirmó por teléfono a la AFP que vio a las fuerzas de seguridad abandonar el lugar en un convoy de vehículos. “Los talibanes están por todas partes”.

En los últimos tres meses, aprovechando la retirada de las tropas extranjeras, los talibanes controlaron enormes zonas rurales, y centran ahora su ofensiva en las grandes ciudades.

Los insurgentes ya se apoderaron el sábado de la ciudad de Sibargan (noroeste), capital de la provincia de Jawzjan, un día después de hacerse con el control de Zaranj (sudoeste), capital de la provincia de Nimroz, cerca de la frontera con Irán.

“Es el caos total”, afirmó telefónicamente a la AFP Abdul Aziz, un residente del centro de Kunduz.

A finales de junio, los talibanes conquistaron los distritos que rodean Kunduz y el importante puesto fronterizo de Shir Khan Bandar, que linda con Tayikistán, un eje neurálgico para las relaciones económicas con Asia central.

El Ministerio de Defensa afirmó que las tropas gubernamentales estaban intentando retomar zonas clave de Kunduz.

“La caída de Kunduz es verdaderamente importante, pues liberará a un gran número de combatientes talibanes, que podrán ser movilizados a otros lugares del norte”, señaló en declaraciones a la AFP Ibraheem Thurial Bahis, consultor del gabinete International Crisis Group (ICG).

El exembajador estadounidense en Kabul, Ryan Crocker, pronosticó como más probable una prolongada guerra civil que una rápida toma del poder por parte de los talibanes.

“Están haciendo lo que están haciendo en parte para crear un clima de miedo y pánico”, dijo a la cadena ABC.

En las redes sociales, se publicaron imágenes este fin de semana de lo que parecían ser prisioneros talibanes liberados en las ciudades que los insurgentes acababan de tomar.

Muchos afganos viven con temor el espectro de un retorno al poder de los talibanes, que gobernaron Afganistán entre 1996 y 2001 imponiendo un severo régimen islámico, antes de ser expulsados por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Las tropas extranjeras han estado en Afganistán durante casi dos décadas, tras la invasión encabezada por Washington luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El acuerdo firmado en febrero de 2020 en Doha por los talibanes con Estados Unidos, que previó la retirada de todos los soldados extranjeros de Afganistán, impedía teóricamente a los insurgentes llevar a cabo ataques en las grandes ciudades afganas.

Pero, ahora, ante estos avances en las grandes urbes, Estados Unidos, que culminará su salida de Afganistán a finales de agosto, intensificó sus ataques aéreos.

“Las fuerzas estadounidenses han desplegado estos últimos días varios ataques aéreos para defender a nuestros socios afganos”, indicó la comandante Nicole Ferrara, portavoz del Mando Central del ejército.

Esta semana, poco antes de iniciar la toma de las capitales provinciales, los talibanes habían reivindicado el asesinato del jefe de comunicación del gobierno afgano, tras haber advertido que llevarían a cabo operaciones contra altos cargos en respuesta a la intensificación de los bombardeos.

La rápida ofensiva talibán ha suscitado preocupación internacional. Esta semana durante una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la emisaria de la ONU en Afganistán, Deborah Lyons, instó a los talibanes a “cesar” esos “ataques contra las ciudades”.

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