Caso Debanhi, la muerte de la adolescente que desató un enojo inusual en México

Caso Debanhi, la muerte de la adolescente que desató un enojo inusual en México


La muerte aún inexplicable de Debanhi Escobar, de 18 años, despertó una profunda ira contra las autoridades mexicanas, acusadas de negligencia en las investigaciones sobre los asesinatos y desapariciones de miles de mujeres cada año.

Los medios han puesto el foco en el caso de la estudiante desde que se reportó su desaparición entre la noche del viernes 8 de abril y la madrugada siguiente en la periferia de Monterrey, capital industrial del norte.

El cuerpo de la adolescente fue encontrado el 21 de abril en el fondo de la cisterna de un motel, cerca de la carretera hacia Nuevo Laredo, en la frontera con Estados Unidos.

Su última foto con vida se volvió viral. Estaba al borde de la vía con su silueta esbelta, cabello largo, brazos cruzados, un bolso, top blanco, falda color beige y zapatos Converse. Esta imagen es ahora un emblema de las manifestaciones feministas.

“¡Debanhi, yo te presto mi voz!” y “¡Queremos justicia!”, gritaron decenas de mujeres en Ciudad de México el pasado domingo. También hubo protestas en Monterrey.

El caso despertó un interés inusual en un país con 3,751 asesinatos de mujeres solo en 2021 (1,004 de ellos clasificados como feminicidios) y casi 100,000 desaparecidos.

Incluso, la atención traspasó fronteras desde Perú a Estados Unidos.

“Una mujer desaparecida en México. Ella es una de miles”, titulaba The New York Times en su portada en inglés y afirmaba: “El caso desata la indignación hacia la inacción de las autoridades”.

Antes del descubrimiento del cuerpo de Debanhi, su padre, Mario Escobar, había denunciado en los medios las fallas de las autoridades en la fase inicial de búsqueda.

“Este caso tiene mayor visibilidad porque los medios así lo decidieron”, comenta a la AFP Valeria Moscoso, especialista en trabajo y acompañamiento psicosocial, al subrayar que otras víctimas también han denunciado sus casos públicamente sin recibir igual atención.

El miércoles en rueda de prensa Gustavo Guerrero, fiscal del estado de Nuevo León (cuya capital es Monterrey), destituyó a dos funcionarios por “errores” y “omisiones” en el caso.

Por ejemplo, los equipos de búsqueda visitaron cuatro veces el motel antes de encontrar a la joven.

“Es una de las varias irregularidades que desataron esa conmoción”, dice a la AFP la activista María de la Luz Estrada.

El miércoles, la Fiscalía también difundió un video para intentar reconstruir la cronología de los hechos.

Según esas imágenes de cámaras de seguridad, a las 4:29 a.m. del 9 de abril Debahni deambulaba sola por la carretera, antes de entrar al motel y asomarse a la ventana de un restaurante abandonado.

Previamente habría salido de una fiesta tras una discusión con otros jóvenes, según testigos e imágenes transmitidas por los medios.

La joven subió entonces a un vehículo, cuyo conductor trabaja para la aplicación de transporte Didi, del que luego descendió por una razón desconocida, de acuerdo con varios testimonios.

El chofer negó acusaciones de un gesto inapropiado hacia Debahni. Por el contrario, afirma que quiso ponerse en contacto con las amigas y los padres de la joven cuando ella decidió bajarse del vehículo.

Asegura, además, haber tomado la última foto de la chica para advertir a sus amigas.

“Hay muchas hipótesis. No podemos descartar nada”, sostuvo el fiscal, sin excluir un accidente.

“No descartamos ninguna pista”, sostuvo el padre, quien habló en un primer momento de secuestro y asesinato.

Un total de 322 mujeres han desaparecido en el estado de Nuevo León este año. “El 90% fueron localizadas”, afirmó el fiscal.

El año pasado, México registró 33,308 homicidios y el 10% de las víctimas fueron mujeres. Las activistas aseguran que la cifra de feminicidios es mucho más elevada que la oficial.

Moscoso apunta que el caso de Debanhi mantiene un patrón común a las desapariciones y muertes de mujeres en México.

“La indolencia de las autoridades, las complicidades, la poca capacidad para investigar, la culpabilización de las víctimas, la criminalización de las familias y la impunidad con que quedan los agresores”, detalla.

La especialista considera además que este hecho plantea una reflexión para los medios y la sociedad en general.

“¿Qué es lo que están queriendo mostrar (los medios) y por qué? ¿Qué está pasando con una sociedad que elige ignorar que los responsables son quienes las desaparecen y asesinan, y el Estado que no busca (a los delincuentes) y está en complicidad?”, cuestiona.

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