El Congreso chileno aprobó una ley que pone fin a una antigua discriminación en contra de las mujeres, que las obligaba a esperar −a diferencia de los hombres− 270 días tras divorciarse o enviudar para volver a casarse y así despejar dudas respecto a la paternidad de eventuales hijos.
La Cámara de Diputados aprobó la norma que modifica el Código Civil la tarde del martes por 145 votos a favor, y ahora quedó lista para ser promulgada.
“Esta ley termina con una de las discriminaciones más injustas del Código Civil. Las mujeres quedaban bajo el manto de la sospecha”, dijo la ministra de la Mujer, Mónica Zalaquett, al celebrar la aprobación de esta iniciativa, parte de la llamada Agenda de género del gobierno del derechista Sebastián Piñera.
La normativa aprobada actualiza la ley vigente desde el siglo XIX y que tenía su origen en una eventual presunción de paternidad de los hijos que la mujer pudiera tener en su segundo matrimonio, definiendo un plazo de 270 días (o nueve meses) en que se le impedía contraer segundas nupcias tras el término del primer matrimonio.
La antigua normativa buscaba despejar las dudas respecto de la paternidad y con ello asegurar los derechos y obligaciones en materia patrimonial y de herencia en una época donde no existían mecanismos para corroborar la paternidad de los hijos, como hoy lo hace el examen de ADN.