China se detuvo este sábado en un día de duelo nacional en homenaje a las más 3,300 personas que murieron desde que el nuevo coronavirus irrumpió en el país en diciembre.
Las sirenas antiaéreas comenzaron sonaron en todo el territorio durante tres minutos. Los trenes, automóviles y navíos hacían sonar sus bocinas en recuerdo de las víctimas.
En la ciudad de Wuhan, de 11 millones de personas, donde el coronavirus fue identificado por primera vez en diciembre, los habitantes se detuvieron en medio de la calle.
Así recordaron a las víctimas del coronavirus en #China
— DW Español (@dw_espanol) April 4, 2020
El país se paralizó durante tres minutos para rendir homenaje a las más de 3.300 personas fallecidas mientras, poco a poco, se levantan las medidas de cuarentena.#DWNoticias /jam pic.twitter.com/CyNsFR5iON
El personal del hospital Tongji salió a las puertas del centro. Algunos aún llevaban los trajes protectores que se han convertido en un símbolo de la crisis en todo el mundo.
"Siento mucha pena por nuestros colegas y pacientes que murieron", dijo a AFP Xu, conteniendo las lágrimas, una enfermera de este centro que trabajaba en primera línea de tratamiento de pacientes con coronavirus.
"Espero que puedan descansar bien en el cielo", añadió.
En las calles de Pekín, los autos se detuvieron, haciendo sonar sus bocinas, y los peatones permanecieron inmóviles, algunos con bolsas de la compra en las manos.
Las imágenes de los medios estatales mostraron al presidente chino, Xi Jinping, y a otros funcionarios del gobierno de pie frente a un complejo del gobierno, con flores blancas.
En la plaza Tiananmen de la capital la bandera nacional ondeaba a media asta, entre fuertes medidas de seguridad.
En uno de los distritos comerciales más concurridos de la ciudad, la policía que patrullaba la zona peatonal se hizo a un lado con los escudos hacia abajo y las cabezas inclinadas.
En un vagón del metro, detenido en una estación, los pasajeros se levantaron, todos con mascarilla, y permanecieron inmóviles durante tres minutos, en un silencio sepulcral solo interrumpido por la sirena del metro.


