Autoridades de Colombia denunciaron este jueves que el reciente ataque con ráfagas de fusil contra el helicóptero en que viajaba el presidente Iván Duque fue planeado desde Venezuela por guerrilleros disidentes de las FARC y un exmilitar colombiano.
“Es claro que este atentado contra el presidente (...) fue planeado desde Venezuela”, afirmó el ministro de Defensa, Diego Molano, en una declaración a medios en la que también anunció la captura de tres presuntos responsables.
El 25 junio la aeronave presidencial recibió varios disparos mientras se aproximaba a un aeropuerto en la fronteriza ciudad de Cúcuta. El mandatario y sus acompañantes resultaron ilesos.
Uno de los detenidos por el ataque es Andrés Fernando Medina, “un capitán pensionado del ejército nacional” que “diseñó y ejecutó el plan” contra Duque, precisó el fiscal general, Francisco Barbosa.
Según la primeras pesquisas, dos fusiles AK47 con la marca de las fuerzas armadas de Venezuela fueron encontrados en la zona del atentado.
Los detenidos también estarían detrás del coche bomba que estalló el 15 de junio en una instalación militar de la misma región, dejando 44 heridos.
“Detrás de los dos hechos está el frente 33 de las disidencias de las FARC, cuya cabecilla es alias John Mechas”, agregó el fiscal Barbosa.
Además del exmilitar y sus cómplices, fueron detenidas otras siete personas por su presunta participación en el ataque contra la sede militar.
Las capturas se produjeron en la convulsionada zona fronteriza, donde disidentes del pacto de paz firmado con las FARC en 2016 se disputan las rentas del narcotráfico con grupos de origen paramilitar y el ELN, última guerrilla reconocida del país.
Duque ha acusado en reiteradas ocasiones al presidente Nicolás Maduro de refugiar en territorio venezolano a disidentes y tropas del ELN.
“Es necesario hacer una reflexión a la comunidad internacional (...): el régimen de Maduro sigue albergando terroristas desde donde se planean ataques a la institucionalidad colombiana”, enfatizó el ministro Molano.
Sin relaciones diplomáticas desde 2019, ambos países comparten una porosa frontera de 2,200 kilómetros.
Colombia, principal exportador de cocaína del mundo, enfrenta el peor rebrote de violencia desde la firma de la paz con las FARC.