Costa Rica comenzó a votar este domingo para elegir un nuevo presidente entre 25 candidatos y sin ningún favorito para hacerse cargo de la crisis económica que afecta a una de las democracias más estables de América Latina, lo que hace prever una segunda vuelta el 3 de abril.
Unos 3.5 millones de costarricenses de un total de 5 millones podrán emitir su voto en la jornada.
El expresidente centroizquierdista José María Figueres, lidera las preferencias con un 17%, seguido un poco más abajo por la socialcristiana Lineth Saborío, con 13%.
De cerca escoltan en las preferencias el evangélico y conservador Fabricio Alvarado, con 10.3%; el economista de derecha Rodrigo Chaves, con 8.2%; y el izquierdista José María Villalta, con 7.6%.
En los últimos días apareció el también derechista Eli Feinzaig, con 5.7%, según los sondeos del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP-UCR) y la empresa privada Demoscopia.
“Espero que quienes ganen realmente piensen en el pueblo y no en ellos”, dijo la jubilada Mayra Sánchez, de 77 años, quien llegó a votar temprano en el Liceo de Moravia, en el cantón de Moravia, San José.
El descontento que denotan sus palabras se traduce en el aumento progresivo del abstencionismo, que crece desde la votación presidencial de 2010, llegando hasta 34.3% en 2018.
Para esta nueva elección, los expertos esperan un porcentaje similar.
Vuelta de los tradicionales
Para analistas, la gran oferta de candidatos también es el reflejo de un país que, a pesar de su estabilidad, sufre de una enorme desconfianza política.
“No hay nadie asegurado en segunda ronda. Hay un gran porcentaje de electores que se decidirán en el último momento (31.86% de indecisos, según CIEP-UCR). Es difícil plantear escenarios, pero creo habrá dos propuestas antagónicas”, opinó la politóloga Gina Sibaja.
Uno de los escenarios en el balotaje puede enfrentar a los partidos tradicionales: el centroizquierdista Partido Liberación Nacional (PLN), de Figueres –presidente en 1994-1998–, y el centroderechista Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) de Saborío –vicepresidenta en 2002-2006–.
Esto traería de vuelta al país el bipartidismo del siglo XX, que fue quebrado con el triunfo del Partido Acción Ciudadana (PAC), que gobernó los últimos ocho años pero hoy es impopular y no tiene posibilidades de triunfo.
El candidato Figueres es hijo del exmandatario José Figueres Ferrer, quien abolió el Ejército en 1948.