El Salvador aumentó la presencia policial y militar en la zona del asesinato de tres policías tras el anuncio del presidente Nayib Bukele de que a raíz de este crimen se debe “arreciar la guerra contra las pandillas”, mientras analistas cuestionan los resultados del régimen de excepción y temen que sigan arrestos “injustos”.
Las autoridades de seguridad han informado sobre la “incursión” y búsqueda de dos de los supuestos homicidas de los elementos de la Policía Nacional Civil (PNC).
De acuerdo con el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, se trata de Adolfo Mejía y Geovanny Olmedo, supuestos miembros del ala Sureños de la pandilla Barrio 18.
“Como dijo el presidente Nayib Bukele, no vamos a descansar hasta dar con los responsables del crimen de nuestros policías y de cualquier salvadoreño. Los homicidas están condenados a pasar en prisión el resto de sus vidas”, reza una publicación de la PNC en Twitter.
A este operativo se han sumado unidades de elite, además de vehículos militares artillados, según dan cuenta las diferentes publicaciones de la Policía, Ministerio de Seguridad y Ministerio de la Defensa.
Se desconoce el número total de elementos desplegados en el occidental departamento de Santa Ana, donde ocurrió el triple homicidio, pero reportes de la prensa local indican la realización de operativos, incluso casa por casa.
El ministro Villatoro dijo, en declaraciones divulgadas por la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia, “que les quede claro a todas estas estructuras” que van a “utilizar todas las herramientas del Estado para detenerlos”.
Agregó que si responden con las armas, también van a “responder con toda la contundencia del Estado”.

