Desconsolados, familiares de los 14 muertos en el incendio petrolero de Matanzas, en el este Cuba, despidieron este viernes a sus seres queridos, devorados por un fuego que ni siquiera permitió identificarlos.
Una madre llorosa conversó con la foto de su hijo junto a la pequeña urna sellada que le entregaron, cubierta por una bandera cubana y rodeada de flores.
Una larga fila de gente de pueblo desfiló desde la calle por esta sala del Museo de Bomberos “Enrique Estrada”, un edificio neoclásico construido en 1900 en el centro histórico de Matanzas, próximo a la Plaza de la Vigía.
La última guardia de honor estuvo encabezada por el líder Raúl Castro, el presidente Miguel Díaz-Canel; el ministro de Defensa, general Álvaro Lopez Miera y el titular del Interior, general Luis Álvarez Casas.
Los restos, acompañados con pancartas con fotos de los fallecidos, fueron custodiados por bomberos y militares que realizaron guardia de honor.
“Un día bien triste, es bien triste decirle un hasta pronto a esos hermanos que libramos duras batallas”, dijo a la AFP entre sollozos Yunior Expósito, un curtido técnico en rescate y salvamento de 32 años, quien pudo salir ileso de este incendio.
Expósito también acudió a la emergencia tras una explosión por un escape de gas que destruyó al hotel Saratoga, en La Habana, en mayo pasado, y que dejó como saldo 45 muertos.
El fuego, originado según las autoridades por un rayo en la base de supertanqueros de Matanzas estalló el viernes 5 y sólo pudo ser sofocado, con ayuda técnica y humana de México y Venezuela, una semana después, el viernes 12.
El siniestro afectó a 146 personas, 16 de las cuales murieron (dos cuerpos de fallecidos fueron rescatados inicialmente). Aún permanecen hospitalizados 18 heridos y 112 fueron dados de alta.
Los 14 hombres fueron devorados por el fuego al estallar el segundo de los cuatro enormes tanques incendiados, y de sus cuerpos solo se recuperaron 754 fragmentos óseos calcinados por temperaturas superiores a los 1,000 grados centígrados, según reportó un experimentado equipo forense encabezado por el doctor Jorge González Pérez.
González, quien identificó los restos de Ernesto ‘Che’ Guevara y sus compañeros de guerrilla boliviana en 1997, solo consiguió probar que los restos pertenecían a 14 personas.
El jueves, las autoridades dieron a conocer los nombres, la provincia de origen y las fotos de las 14 víctimas fatales. Cuatro son originarios de la provincia de Mayabeque, seis de Matanzas y cuatro de La Habana.
Según publicaciones extraoficiales en redes sociales, cuatro tenían entre 19 y 23 años y fungían como bomberos en Servicio Militar General.
Camila Alpízar (20), empelada de una cafetería próxima al museo, fue condiscípula en preunivesitario de uno de los fallecidos y se siente conmovida.
“Matanzas respira tranquilidad, porque ya la tragedia acabó, pero felicidad no, porque eran personas muy jóvenes, con metas y sueños por cumplir, y ya no estarán más, será difícil de olvidar esta tragedia”, dijo.
Las honras fúnebres se cumplen en el segundo y último día de duelo oficial decretado por el presidente Miguel Díaz-Canel.
“Nuestras más sentidas condolencias a familiares y amigos de esos bravos cubanos”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter.
Con un ramo de flores, Carlos Reyes (59) esperó en la fila para entrar al museo.
“Día triste no solo para el pueblo matancero, sino para todo el pueblo cubano, que vimos todos lo que pasó en la Base de Supertanqueros”, lamentó.
Aunque el duelo oficial solo implica ondear la bandera a media asta en sitios públicos, se percibe una atmósfera de silencio en Matanzas y otras ciudades de la bulliciosa Cuba.
El sepelio de los 14 se cumplió al final de la tarde del viernes en una ceremonia familiar en el cementerio de San Carlos de Matanzas, ciudad de 145,00 habitantes a 100 km al este de La Habana.
Dos armones militares tirados por todoterrenos transportaron los restos, precedidos por una banda militar de música.
Fueron sepultados en el Panteón de los Caídos en la Defensa, construido en 1989 para acoger a los matanceros muertos en campañas militares en África. Desde esa época, allí también han sido sepultadas otras personas consideradas héroes.