El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió el viernes “luchar” por Venezuela y por Cuba durante una visita a Florida, un estado azotado por el coronavirus, una “plaga” de la que el mandatario republicano volvió a culpar a China.
"Vamos a luchar por Venezuela. Vamos a luchar por nuestros amigos de Cuba", dijo Trump en la sede del Comando Sur, a cargo de las operaciones militares estadounidenses en el Caribe, Centro y Sudamérica.
"Cuba y Venezuela lo tenemos muy bajo control", aseguró.
Desde que asumió en 2017, Trump revirtió el acercamiento entre Washington y La Habana de su predecesor demócrata Barack Obama, endureciendo el bloqueo que rige desde 1962 contra el gobierno comunista de la isla, argumentando violaciones de los derechos humanos y apoyo al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, a quien considera un "dictador".
Pero pese a las sanciones económicas contra Caracas, y de una propuesta diplomática para retirarlas gradualmente en una transición hacia "elecciones libres", Maduro se ha mantenido en el poder con respaldo de Cuba, de China y Rusia, sus principales acreedores, y últimamente, de Irán.
"Estados Unidos continuará su campaña de máxima presión sobre el régimen de Maduro", aseveró el consejero de seguridad nacional de Trump, Robert O'Brien.
O'Brien dijo que Trump pregunta "casi todos los días" qué se puede hacer para ayudar al pueblo venezolano. "Esta operación es parte de ese esfuerzo", dijo.
REACCIÓN
El presidente Maduro en tanto, calificó la presencia de Trump en el Comando Sur como un "acto de campaña electoral" en el que "se lanzaron acusaciones sucias, inmundas" y "falsas" contra Venezuela.
"Desesperado por los votos, Donald Trump, se va al Comando Sur a hacer un acto de campaña, no nos descuidemos", dijo Maduro a militares durante una ceremonia en Caracas, al cuestionar las declaraciones de O'Brien, quien se refirió al país caribeño como un "narcoestado".
Trump, por su parte, celebró el "increíble éxito" de la vasta operación antidrogas lanzada hace tres meses en el Caribe con la mira puesta en Venezuela, luego de que la justicia estadounidense inculpara a Maduro de "narcoterrorismo" y ofreciera por él 15 millones de dólares de recompensa.
"Venezuela es un narcoestado, liderado por un régimen corrupto, criminal e ilegítimo, y el pueblo de Venezuela está sufriendo a causa de Maduro", remarcó O'Brien.
Al reunirse luego con integrantes del exilio cubano y venezolano en Doral, Trump destacó las "históricas sanciones" contra Caracas y se ufanó de haber puesto "fin" a la "traición" de Obama y su vicepresidente Joe Biden, "con el régimen de los Castro".
"Lo que hicieron por Cuba es ridículo", dijo junto a la cubana Rosa María Payá, hija del fallecido activista por los derechos humanos Oswaldo Payá, y a Orlando Gutiérrez, un destacado miembro del exilio cubano en Florida.
También estaban los venezolanos Ernesto Ackerman, quien le pidió a Trump "eliminar el socialismo en toda Latinoamérica", y Lorenzo Di Stefano, quien lo instó a "seguir aplicando más presión económica" contra Maduro.
Sonriente, Trump destacó lo "muy bien" que le está yendo en las encuestas en Florida, un crucial estado pendular donde cada voto cuenta.
Desde La Habana, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, rechazó las “mendaces afirmaciones” de Trump, a quien calificó de “mal asesorado y apegado a una retórica fallida”.
"En su oportunismo electoral no explica cómo la eliminación de los viajes e intercambios, el ataque a las familias cubanas y el endurecimiento brutal del bloqueo ayudan al pueblo de Cuba", tuiteó.
Trump viajó a Florida, donde la covid-19 se ha cobrado más de 4,000 vidas y ha registrado una avalancha de casos y decesos récord en los últimos días, ignorando los riesgos de contagio para impulsar su campaña.
Biden, que lo aventaja por 5 puntos en Florida y por 8.8 puntos a nivel nacional según el promedio de sondeos de RealClearPolitics, criticó la visita.
"Al igual que su respuesta a esta pandemia, el presidente ha sido poco fiable y egocéntrico en cuanto a su enfoque con los temas más cercanos al pueblo venezolano", dijo.
Biden también recordó las declaraciones del mandatario hace tres semanas de estar abierto a reunirse con Maduro, a quien llama "dictador". Como Biden anticipó, el tema, que agitó las aguas en Florida, no surgió en la mesa redonda en Doral.
Trump, que también participa en un evento de recaudación de fondos, volvió a arremeter contra China, donde el nuevo coronavirus surgió a fines del año pasado.
"Las relaciones con China quedaron seriamente dañadas", dijo a periodistas. "Podrían haber parado la plaga y no lo hicieron".
Estados Unidos es el país más afectado del mundo por la covid-19, con más de 3.1 millones de infecciones y 133,000 muertos.
El 67% de los estadounidenses desaprueba la respuesta de Trump al coronavirus, según una encuesta de ABC News e Ipsos.