Dos panameños están entre los pasajeros del crucero varado en San Francisco, por el coronavirus



Un matrimonio panameño -ambos médicos- se encuentra entre los 3 mil 500 personas que permanecen en el crucero Grand Princess, anclado en la costa de San Francisco, California, tras la decisión de las autoridades de ese estado de realizar pruebas a todos los pasajeros y tripulación, luego que se confirmara 21 casos de coronavirus a bordo.

Se trata del cardiólogo Daniel Pichel -columnista de La Prensa- y su esposa Helen, anestesióloga. Ambos están bien, de buen ánimo y no presentan síntomas del virus.

Hay otras 53 nacionalidades en el buque.

La alarma en el barco cundió cuando un hombre de 71 años de edad que viajaba en ese mismo buque, en el recorrido anterior, murió al contraer Covid-19. Al conocer de este fallecimiento, se le aplicó la prueba a 62 personas que hicieron aquel recorrido y que permanecían aún en el barco. De estos, 21 dieron positivo: 19 son miembros de la tripulación y dos son pasajeros, informó este viernes 6 de marzo el vicepresidente estadounidense Mike Pence.

“Ahora, a todos los pasajeros nos van a examinar”, contó el doctor Pichel por teléfono, desde su habitación. Ahí, desde un televisor de 42 pulgadas, sigue las noticias y también las series de Netflix.

“Hay que tomar las precauciones. Ni Helen ni yo somos de grupos de alto riesgo”, agregó.

La pareja informó que desde la tarde del jueves recibieron instrucciones de permanecer en su cabina. Ahí, personal del barco les lleva sus alimentos y café. Todos los pasajeros tienen internet ilimitado de banda ancha.

“En el Video On Demand del barco nos pusieron 100 películas adicionales”, contó el doctor.

El barco hacía un recorrido por Hawai y México. Pero cuando al Grand Princess le tocaba desembarcar en Ensenada, México, les informaron -sin muchas explicaciones- que se cancelaba dicha parada y que el próximo puerto sería San Francisco. Desde entonces, están ahí y ahora ya saben por qué.

El Grand Princess pertenece a la compañía Princess Cruises, que también posee el Diamond Princess, puesto en cuarentena en Japón en febrero con más de 700 contaminados, seis de los cuales murieron.

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