Ecuador avanza este domingo en el balotaje para elegir a su próximo presidente entre Andrés Arauz y Guillermo Lasso, en un cerrado duelo que enfrenta al socialismo heredero del expresidente Rafael Correa y la derecha conservadora por dirigir este país en crisis por la pandemia.
Aunque rige la veda para la publicación de encuestas, varias firmas prevén un cabeza a cabeza ante el repunte del derechista Lasso desde la primera vuelta del 7 de febrero, cuando alcanzó el 19,74% de los votos contra el 32,72% de Arauz. Los indecisos rondan un 15%.
“El ritmo de crecimiento de campaña de Lasso tuvo una diferencia de 2 a 1 frente al crecimiento de la campaña de Arauz”, señaló a la AFP Blasco Peñaherrera, jefe de la encuestadora Market.
Lasso y Arauz protagonizan además un choque de generaciones y estilos que se decidirá con el voto obligatorio de 13.1 millones de ecuatorianos, que acuden a las urnas desde las 07H00 locales (12H00 GMT).
La jornada se extenderá por 10 horas y se espera la publicación de los primeros resultados hacia las 19H00 locales (00H00 GMT), según el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Economista de 36 años, Arauz es el delfín de Correa y podría convertirse en el mandatario más joven de Latinoamérica, mientras Lasso, un exbanquero de 65 años, se postula por tercera vez tras perder las elecciones en 2013 y 2017.
“Esta es nuestra oportunidad para dejar el pasado atrás; para dejar ese dolor, ese sufrimiento, esa exclusión que hemos vivido últimamente y pasar a un gobierno realmente humano, uno que quiera a su gente”, dijo públicamente Arauz, quien no pudo votar en Ecuador porque está empadronado en México, donde cursaba un doctorado antes de postularse.
Arauz se dirigió a los electores en compañía de su fórmula vicepresidencial, Carlos Rabascall, tras asistir a la votación de una seguidora en Quito.
Lasso en cambio votó en Guayaquil, motor económico en el suroeste de Ecuador, con un mensaje a los indecisos. “Los invito a darnos a una oportunidad para servirlos (...), porque con humildad les digo: le entregaré mi vida al pueblo”.
Además reafirmó su propuesta de construir un país “de oportunidades, libre y democrático”, junto a su posible vicepresidente, Alfredo Borrero.
Quien venza gobernará por los próximos cuatro años este país de 17.4 millones de habitantes a partir del 24 de mayo, en reemplazo del impopular Lenín Moreno.
Acosado por las críticas ante la lenta vacunación contra el covid-19, Moreno también deja una economía dolarizada en números rojos: en 2020 el PIB retrocedió un 7,8% y la deuda pública total alcanzó el 63% del Producto Interno Bruto.
Aunque lleva desde 2017 fuera de Ecuador, Correa es la figura central de esta contienda. El exmandatario, que se instaló en Bélgica con su familia, rompió con Moreno apenas éste lo sucedió hace cuatro años en una feroz disputa que fraccionó a la izquierda. Arrastra una condena por corrupción que tacha de “persecución política”.
Lasso encarna el anticorreísmo que agrupa a la derecha tradicional, empresarios, algunos medios de comunicación y parte de los no pocos desencantados con el socialismo del siglo XXI que pregonó el exjefe de Estado (2007-2017).
“Si gana Arauz, va a seguir el correísmo. Si gana Lasso, de pronto vamos a parar esto del correísmo, que es una terrible situación desde hace años”, expresó a la AFP tras sufragar Judith Viteri, de 41 años y vendedora en una farmacia.
Sin revelar su apoyo, Jhonny Changoluisa, un empleado privado de 40 años, evocó la “crisis total” que enfrentan los ecuatorianos. “Necesitamos cambios (...) La clase media y baja está hecha pedazos”, señaló.
Los indígenas, que quedaron a las puertas del balotaje con su candidato Yaku Pérez, un anticorreísta de izquierda que alegó un supuesto robo de elecciones, aparecen como una fuerza determinante este domingo.
El partido de Pérez, Pachakutik, no dio su apoyo a ninguno de los candidatos.
Este domingo anuló su voto públicamente con la leyenda “Yaku presidente resistencia”, prometiendo una oposición de “resistencia” en caso de que el vencedor incumpla con sus promesas para superar la crisis y defender el derecho al agua.
El futuro presidente no gozará de mayoría absoluta en el Congreso y tendrá que negociar con Pachakutik, pues el partido indígena quedó segundo en las legislativas celebradas en febrero por detrás de Unión por la Esperanza (Unes), el movimiento de Arauz. Creando Oportunidades (Creo), la fuerza de Lasso, tendrá una representación mínima.
“Hay crisis económica, sanitaria y de gobernanza en este momento (...) Cualquiera que gane tiene un panorama completamente dividido, bien difuso”, apuntó Wendy Reyes, consultora política y catedrática de la Universidad de Washington.