El gambito de Biden en Venezuela

El gambito de Biden en Venezuela
El mandatario de Venezuela Nicolás Maduro (der.) saluda al empresario colombiano Alex Saab. EFE/Miguel Gutiérrez


La noticia sacudió a las capitales latinoamericanas y, por supuesto, al exilio venezolano en Florida: el gobierno del presidente Joe Biden canjeó la libertad de nueve detenidos estadounidenses, más la entrega de un colorido prófugo, también de Estados Unidos, cuyo sobrenombre es el de el “Gordo Leonard”. Además, 24 venezolanos, 21 de ellos detenidos políticos y tres con órdenes de detención fueron beneficiados todos con su libertad. El precio del canje fue el supuesto testaferro de Maduro, el financista colombo venezolano Alex Saab, quien estaba detenido en una cárcel federal de Miami, a la espera de su juicio por lavado de dinero.

En el último año este ha sido el tercer movimiento que la administración del demócrata Joe Biden ha realizado, en un claro toma y daca con la dictadura venezolana de Nicolás Maduro.

En octubre del 2022, el gobierno de Biden intercambió a dos sobrinos de Maduro a cambio de siete estadounidenses detenidos en las cárceles venezolanas. Los estadounidenses eran en su mayoría importantes ejecutivos petroleros que habían sido injustamente privados de su libertad. A los parientes de Maduro se les conocía popularmente como “los narcosobrinos”, ya que fueron detenidos cuando participaban de un plan para intentar traficar narcóticos hacia Estados Unidos, por lo que ya estaban condenados a 18 años de prisión.

Posteriormente, este año 2023, el gobierno de Estados Unidos ha ido suavizando las sanciones petroleras contra Venezuela, a cambio de que ese país permita la supervisión internacional independiente de las elecciones del próximo año. Estas medidas benefician al propio país del norte, ya que una de las licencias de exportación de petróleo venezolano, autorizada por el acuerdo es para la empresa Chevron. Por si esto fuera poco, el aumento de la oferta venezolana de petróleo ayuda a mantener los precios del crudo en niveles aceptables para los países occidentales. Petróleo más barato significa energía más barata y, por lo tanto, menos inflación.

El significado del canje de fichas

Ahora, con la movida más reciente del gobierno de Biden, Maduro recupera a su banquero, la oposición venezolana recibe a una veintena de sus líderes y activistas, y María Corina Machado, la candidata opositora para las elecciones presidenciales del próximo año, se ve fortalecida. ¿Por qué Maduro tenía tanto interés en recuperar a su banquero? El sugerente indicio de este intercambio podría señalar que Maduro está pensando, en un plazo no muy lejano, dejar el poder. Tanto él como su círculo cercano necesitan acceso al laberinto de cuentas bancarias en paraísos fiscales, que junto al ejército de prestanombres y corporaciones fantasmas sirvieron para esconder miles de millones de petrodólares y de otros dólares venezolanos. Maduro necesita al hombre que sabía como abrir la caja fuerte.

De acuerdo con economistas venezolanos, citados por la Voz de Estados Unidos de América, si la apertura petrolera continúa y se renuevan las licencias de crudo que tienen una vigencia de seis meses, Venezuela podría crecer un 8% el próximo año. Por si fuera poco, el gobierno de Maduro le ha prometido a Estados Unidos tomar medidas para disminuir la masiva migración venezolana. Es muy cierto que en el pasado se estuvo en situaciones similares tanto con el gobierno de Hugo Chávez, mentor de Maduro, como con el propio gobierno actual de Venezuela. Esta vez la situación se pinta diferente.

Los grandes socios tradicionales de Venezuela, como Rusia y China, tienen sus propios problemas geopolíticos y económicos. Otro socio como Irán le debe causar un corto circuito a los militares venezolanos, así como el que se provocó con el último gobierno peronista de Argentina, cuando varios presuntos agentes iraníes llegaron a dicho país en un avión venezolano. En Argentina se considera que Irán fue responsable del peor ataque terrorista que vivió el país, cuando en 1994, unas 85 personas murieron y más de 300 quedaron heridas por la bomba colocada a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Por si fuera poco, Irán tiene su propia guerra de “baja intensidad” contra Israel y se ha convertido en el proveedor de armas de Rusia para la guerra con Ucrania.

Por otro lado, los aliados regionales de Venezuela tienen las manos vacías y no necesariamente son útiles para algo más que tareas políticas. Cuba y Nicaragua no son dechado de virtudes; la Colombia de Gustavo Petro no resultó tan incondicional, y la Brasil de Lula Da Silva tuvo que intervenir semanas atrás cuando Maduro quiso anexarse parte de Guyana. De pronto, Maduro tuvo que girar en su retórica belicista hacia su pequeño vecino del sur y entender el mensaje de que, en una guerra contra Guyana, su gobierno tendría las de perder.

Las posiciones en el tablero

La gran apuesta del gobierno de Biden se verá concretada si a María Corina Machado le levantan su inhabilitación espuria para ser candidata a la presidencia de la República de Venezuela. Quizá por un asunto de tiempo o de evitar enfrentar a Maduro con Diosdado Cabello y la facción más dogmática del chavismo, no se exigió el levantamiento de la inhabilitación. Por el contrario, como si fuera un gesto en cámara lenta, Machado acudió a la muy poco confiable Corte Suprema venezolana para que anule su inhabilitación. Quizá sea para mantener las apariencias de que esa decisión no fue parte del trueque.

Al gobierno de Biden se le critica duramente por su política de excarcelar a delincuentes internacionales detenidos en Estados Unidos, a cambio de liberar a prisioneros estadounidenses de las mazmorras de algunos regímenes tiránicos. Así, por ejemplo, el año pasado se intercambió al traficante de armas ruso Víctor But por la atleta del baloncesto Brittney Griner. A su vez, en septiembre este año, Estados Unidos intercambió con Irán cinco prisioneros estadounidenses a cambio de otros tantos iraníes detenidos en cárceles de Estados Unidos, y el desbloqueó de 6 mil millones de dólares para gastos humanitarios del gobierno iraní.

¿Por qué adoptó Estados Unidos está política? Por la sencilla razón de que funciona. Aquel lema de que “nunca se negocia con terroristas” fue eso: un lema y no una realidad. Biden no quiere que se repitan las escenas de rehenes estadounidenses en la embajada de su país en Irán que castigaron al gobierno de Jimmy Carter en 1979 y 1980. La imagen de las familias estadounidenses recibiendo a sus seres queridos, recién liberados, siempre contrasta con las consecuencias geopolíticas del canje de prisioneros.

Para Maduro, el retorno de Alex Saab es un gran regalo de Navidad, que se puede convertir en un regalo de Reyes Magos para María Corina Machado y que posiblemente termine por transformarse en el regalo que el pueblo venezolano ha estado esperando. El año 2024 registrará cómo termina esta historia y si las piezas de ajedrez que movió Biden fueron el jaque mate de la dictadura venezolana o el enroque del gobierno de Maduro.


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