El papa Francisco se reúne con la Iglesia de Mongolia y agradece a sus miembros su ‘vida gastada por el Evangelio’

El papa Francisco se reúne con la Iglesia de Mongolia y agradece a sus miembros su ‘vida gastada por el Evangelio’
El papa Francisco saluda a los feligreses en Mongolia. EFE


El papa Francisco se reunió este sábado con obispos, sacerdotes, misioneros, consagrados y agentes pastorales en la Catedral de los Santos Pedro y Pablo en la capital de Mongolia, Ulán Bator, y les ha agradecido su “vida gastada por el Evangelio”.

En el marco de su Viaje Apostólico a Mongolia, el Pontífice visitó la catedral católica del país para un encuentro con los religiosos, a los que se dirigió inspirado en el Salmo 34 que clama “¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!” (v.9), según recoge el portal del Vaticano Vatican News.

“Gastar la vida por el Evangelio: es una bella definición de la vocación misionera del cristiano, y en particular del modo en que los cristianos viven esa vocación aquí”, reivindicó Francisco en la reunión.

Asimismo, subrayó que se debe “gasta la vida por el Evangelio” porque “gustó, sintió el buen sabor y experimentó la ternura del amor de Dios en la propia existencia”.

El Papa insistió así en la importancia del encuentro cotidiano con Dios “en el rostro de los demás, en los necesitados, donde Cristo está presente”.

En este contexto, recordó la labor de los primeros misioneros en Mongolia hace 30 años y las actuales acciones caritativas que, a su juicio, “reflejan el rostro misericordioso de Cristo buen samaritano”.

“Sin esto, las fuerzas van menguando y el compromiso pastoral corre el riesgo de quedar en una estéril prestación de servicios, en un sucederse de tareas que se deben hacer, pero que terminan por no trasmitir nada más que cansancio y frustración”, añadió al respecto.

Por otro lado, destacó la Iglesia de Mongolia como una pequeña “pero universal” y animó a ver en el obispo de esta “no a un mánager, sino la imagen viva de Cristo buen Pastor que reúne y guía a su pueblo”.

Francisco, al final de su intervención, se referió también a la Madre del Cielo, como invocan en el país a la Virgen María, e instó a no temer los número reducidos que representa la Iglesia en Mongolia, donde hay unos 1,500 bautizados:

“No tengan miedo de los números reducidos, de los éxitos que no llegan, de la relevancia que no aparece. No es este el camino de Dios. Miremos a María, que en su pequeñez es más grande que el cielo, porque ha acogido a aquel que ni el cielo ni lo más alto del cielo puede contener”.


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