El Papa - que este viernes no pudo leer uno de sus discursos por una leve bronquitis, según anunció él mismo- ha rezado el ángelus desde su estudio privado en el Palacio Apostólico y ha sentenciado que “la guerra es un crimen contra la humanidad”.
El papa Francisco ya cumplió con normalidad con su agenda prevista este sábado al recibir a los miembros de Athletica Vaticana y reunirse después con el clero de Roma durante tres horas en San Juan de Letrán.
El Pontífice ha pedido oraciones “para que quienes tienen el poder sobre estos conflictos reflexionen que la guerra no es el camino para resolverlos, porque siembra la muerte entre los civiles y destruye ciudades e infraestructuras”.
Al final del Ángelus, Francisco ha rezado por las “numerosas víctimas” que ha causado el deslizamiento de tierra en el oeste de Colombia. Según han informado las autoridades de ese país la tragedia que ocurrió el viernes, se ha cobrado la vida de 34 personas después del desprendimiento de tierras en una transitada vía municipal en una zona montañosa que conecta las ciudades de Quibdó y Medellín.
Después, el Pontífice ha hecho un largo llamamiento por la paz: “No olvidemos a quienes sufren la crueldad de la guerra, en tantas partes del mundo, especialmente en Ucrania, Palestina e Israel. A principios de año intercambiamos buenos deseos de paz, pero las armas siguen matando y destruyendo”.
Durante su alocución, el Papa ha señalado que la fe en Jesucristo “no es una teoría, sino un encuentro” y que por eso los primeros discípulos, que ya seguían a Juan el Bautista, fueron primero a ver a Jesús a su casa. De ese encuentro “nace el dinamismo de la evangelización”, ha destacado.
Francisco ha preguntado a los fieles pregunta si recuerdan “el primer encuentro con el Señor y si seguimos siendo discípulos enamorados”.
“La escena evangélica que leemos hoy -ha subrayado el Papa- nos invita a recordar nuestro primer encuentro con Jesús, a renovar la alegría de seguirle y a preguntarnos: ¿qué significa ser discípulos del Señor?”
Así, ha afirmado que la fe “no es una teoría, sino un encuentro, es ir a ver dónde habita el Señor y habitar con Él”.
“La alegría del Evangelio -ha comentado el Papa Francisco- es siempre extrovertida, contagiosa, nunca íntima. De ahí que el dinamismo de la evangelización nazca y renazca siempre”.