El empresario José Carlos Bumlai, a quien los medios locales vinculan con el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y está detenido desde noviembre pasado, y otras diez personas fueron denunciados hoy ante la Justicia por el Ministerio Público (Fiscalía).
La denuncia fue presentada por la Fiscalía en Curitiba, capital del sureño estado de Paraná y donde se centran las investigaciones y el proceso judicial adelantado por la red de corrupción enquistada en la petrolera estatal Petrobras.
Bumlai, según la acusación, obtuvo créditos millonarios y sin los debidos avales en el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) durante la gestión de Lula (2003-2011), lo cual habría sido facilitado por su mediación en algunos negocios turbios realizados por la red de corrupción en Petrobras.
Entre los denunciados están dos hijos del empresario; los exdirectores de Petrobras Néstor Ceveró, Jorge Zelada y Eduardo Musa; empresarios vinculados a la constructora Schahin Engenharia; el extesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) Joo Vaccari Neto y el empresario Fernando Baiano, entre otros.
Todos los denunciados deberán responder ante la Justicia por los delitos de corrupción activa y pasiva, lavado de dinero y gestión fraudulenta.
El Ministerio Público detalló en una rueda de prensa en Curitiba que Bumlai utilizó contratos firmados con Petrobras para saldar deudas con el Banco Schahin por préstamos con un valor de doce millones de reales (unos tres millones de dólares) destinados a los cofres del PT.
Con la denuncia, la Fiscalía espera que los involucrados devuelvan a Petrobras 53,5 millones de reales (unos 13.8 millones de dólares), un valor calculado por los perjuicios causados por el desvío de recursos de la estatal.
El fiscal coordinador de la operación en el caso Petrobras, Deltan Dallagnol, señaló este lunes que el empresario del sector agropecuario era uno de los operadores de los recursos captados de forma fraudulenta por el PT.
Dallagnol aseveró que intermediarios de la red de corrupción, como Bumlai, son "vinculados al núcleo de poder" de la red, pero que la identificación de más personas del llamado "núcleo político" todavía "necesita de más investigación", puesto que los denunciados en esta fase no eran los destinatarios finales de los recursos.
En total, la Fiscalía calcula que el valor desviado en esta nueva fase de la operación alcanzó los 18 millones de reales (unos 4,6 millones de dólares), dos tercios de ellos correspondientes a los citados contratos de Bumlai con el Banco Schahin.
El representante de la oficina federal de recaudación de impuestos, Roberto Leonel, indicó que el 10 % de los valores recibidos por el Banco Schahin provenientes de Petrobras fueron tributados en Brasil y el restante a través de offshores en el exterior.
El pasado 24 de noviembre, la Policía brasileña detuvo a Bumlai justo antes de declarar ante una comisión parlamentaria que investiga presuntas irregularidades en el estatal BNDES y la veracidad de algunos testimonios ofrecidos a cambio de reducción de penas por varios detenidos por la corrupción en Petrobras.
El testimonio que más involucra a Bumlai, según la Policía, fue dado por el empresario Fernando Soares, conocido como Fernando Baiano y condenado a 16 años de cárcel por su participación en las corruptelas en Petrobras.
Según declaró Soares en el marco de un proceso de colaboración judicial que permitió la reducción de su pena, en 2011 se reunió con Bumlai y le entregó dos millones de reales (hoy unos 540 millones de dólares), con los que habría pagado su intermediación en un negocio con la petrolera.
Algunas versiones de prensa sostienen que Soares dijo que, en realidad, ese dinero sería destinado a pagar parte de unas deudas que "una nuera" de Lula tendría por la compra de un apartamento, lo cual ha sido negado tajantemente por el exmandatario.
Por el escándalo Petrobras, que ha generado una aguda crisis política, se investiga a medio centenar de dirigentes de partidos que, en su mayoría, pertenecen a la base parlamentaria que apoya al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, sucesora y "pupila política" de Lula.