Después de la conmoción que generó en Marruecos y el mundo entero la trágica muerte del pequeño Rayan, que falleció atrapado en un pozo, el niño fue enterrado este lunes 7 de febrero cerca de su aldea.
Las exequias se desarrollaron durante la plegaria musulmana del mediodía en un cementerio a unos kilómetros de Ighran, la localidad donde ocurrió el accidente, constataron periodistas de la AFP en el lugar.
Un imán pronunció una breve plegaria delante de la familia y los asistentes, antes de su entierro.
En la noche del sábado, luego de cinco días, los restos del niño fueron extraídos y transportados al hospital militar de Rabat, probablemente para realizarle una autopsia.
“El silencio es terrible esta mañana en el pueblo. Todo el mundo rezaba para que saliera con vida, todo el mundo lloró”, contó a la AFP el domingo un lugareño cercano a la familia.
El domingo el portal de la televisión pública SNRT tituló que “la caída del niño le recordó al mundo sus valores de humanidad”.
En el extranjero el papa Francisco envió un mensaje destacando que el pueblo de Marruecos se unió para salvar a Rayan.
“Ellos lo intentaron, lamentablemente, no sobrevivió, pero qué ejemplo dieron”, dijo el papa Francisco en la plegaria del Angelus celebrada en El Vaticano.
El destino del niño se transformó en un tema de interés nacional y fue el despacho del rey quien anunció su muerte el sábado después del rescate. El rey Mohamed VI llamó a los padres para ofrecerles sus condolencias.
Una de las reacciones más emotivas vino del seleccionador del equipo de Argelia de fútbol, Djamel Belmadi, que expresó sus condolencias a la familia, en un momento de tensión entre Argel y Rabat.

