Casi una semana después de la llegada del huracán Harvey a Texas, más personas se vieron obligadas el viernes a abandonar sus viviendas debido a los aguaceros torrenciales en Luisiana y la tormenta dejó sin agua potable a un poblado de 12 mil habitantes.
Entretanto, el alcalde de Houston suplicó por más lanchas y más equipos de rescate, mientras las unidades de auxilio seguían buscando a sobrevivientes o muertos entre las ruinas de las áreas inundadas.
El alcalde Sylvester Turner también le pidió a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés) que suministre más personal para procesar las miles de solicitudes de ayuda.
Es imperativo que FEMA enfrente la situación "con la máxima urgencia", dijo el alcalde al programa de televisión This Morning de la cadena CBS.
Añadió que pedirá un paquete de asistencia inicial de 75 millones de dólares solamente para la remoción de escombros.
Los residuos de la tormenta iban debilitándose a medida que avanzaban tierra adentro, pero seguían con fuerza suficiente para causar inundaciones en el norte hasta Kentucky.
Más de mil 500 personas acudieron a albergues de emergencia en Luisiana y la cifra iba en aumento a medida que las víctimas huían de los estragos en Texas.
El estado habilitó un séptimo albergue en Shreveport para 2 mil 400 personas, dijo Shauna Sanford, vocera del gobernador de Luisiana.
La ciudad de Beaumont, en la frontera entre Texas y Luisiana, estaba evacuando a sus habitantes y tratando de traer suficiente agua potable luego que una estación de bombeo de agua quedó abrumada por las aguas crecidas del río Neches.