Las operaciones de rescate y evacuaciones continuaban este viernes en Texas, donde las lluvias amainan y las inundaciones retroceden, revelando los daños causados por la tempestad tropical Harvey.
En el condado de Orange, en la frontera con el estado de Luisiana, la Guardia Nacional continuaba evacuando a personas atascadas en las rutas, aún cubiertas de agua.
El condado sigue emitiendo órdenes de evacuación, aunque algunos de sus habitantes las han desafiado.
Lonnie y Missy Givens se negaron a dejar su casa a pesar de que helicópteros y barcos estaban en la zona para realizar las evacuaciones.
"Jamás vi una tormenta como esa", dijo Missy, al ver los daños que dejó Harvey.
A pocas calles su casa, donde las inundaciones alcanzaron un metro de altura, se veían árboles y postes de luz arrancados, como muestra de la fuerza de Harvey -que golpeó la costa hace casi una semana como huracán categoría cuatro- al pasar por la zona.
A menos de un kilómetro de Orange, un equipo de rescatistas voluntarios continuaba sus operaciones abordo de un bote.
En los últimos dos días calculan haber salvado de las inundaciones a entre 100 y 250 personas.
"Muchos de ellos pensaban que nadie vendría a buscarlos", dijo a la AFP Heather Lisotta, una ama de casa de 28 años que participa de los rescates como voluntaria.