El Servicio de Aduanas de Finlandia ha retenido el combustible del petrolero Eagle S, que se encuentra detenido en aguas finlandesas como sospechoso de haber provocado averías en cinco cables submarinos en el mar Báltico el pasado miércoles, informó este viernes la Policía de este país.
“El Servicio de Aduanas ha retenido el combustible que se encontraba a bordo del buque y prosigue su investigación preliminar sobre un posible delito agravado contra la regulación”, afirmó en un comunicado Hannu Sinkkonen, director de Control Aduanero, en referencia a las sanciones europeas contra el comercio de petróleo ruso.
Según el diario Helsingin Sanomat, el petrolero Eagle S, registrado en las Islas Cook, transporta en sus bodegas alrededor de 35,000 toneladas de gasolina sin plomo que fueron cargadas en el puerto ruso de Ust-Lugá con destino a Egipto.
Las autoridades finlandesas sospechan que se trata de uno de los buques de la llamada “flota en la sombra”, empleada por Rusia para sortear las restricciones impuestas por las potencias occidentales a sus exportaciones de petróleo, por lo que están investigando los detalles y la documentación del cargamento.
En paralelo, la Policía y la Guardia de Fronteras finlandesas investigan la posible implicación del buque en la rotura del cable eléctrico Estlink 2 entre Finlandia y Estonia y otros cuatro cables submarinos de telecomunicaciones en aguas del Golfo de Finlandia.
“Se han llevado a cabo investigaciones a bordo, incluida la recogida de datos, y ha comenzado el análisis. Los interrogatorios a la tripulación también han constituido el núcleo de la investigación”, señaló en el comunicado el inspector Sami Paila, responsable de las pesquisas policiales.
Según reveló Paila a la agencia de noticias STT, la tripulación del buque está compuesta por unos 20 marineros de India y Georgia, además de varios oficiales cuya nacionalidad no quiso revelar.
El Eagle S se encuentra fondeado a unos 25 kilómetros al sur de la península de Porkkala (sur de Finlandia), desde que el pasado miércoles fuera interceptado por la Guardia Costera finlandesa y desviado a aguas territoriales del país nórdico para investigar si es el causante de la rotura de los cables.
Las autoridades sospechan que el petrolero cortó con su ancla el cable eléctrico submarino Estlink 2 y otros dos cables de fibra óptica entre Estonia y Finlandia, además de provocar averías parciales en otros dos cables de telecomunicaciones que conectan el país nórdico con Alemania y Estonia.
