Los bombardeos israelíes en Gaza y las salvas de cohetes palestinos sobre Israel siguieron este martes, y en Cisjordania se recrudeció la violencia, lo que aumentó el número de víctimas, mientras la comunidad internacional intensificó sus esfuerzos, con una resolución presentada por Francia ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los palestinos de Cisjordania ocupada mantuvieron el martes una jornada de huelga y de “ira” en solidaridad con Gaza. Al margen de estas protestas, que degeneraron en enfrentamientos con el ejército, murieron cuatro palestinos y varios soldados israelíes resultaron heridos por bala.
Este martes, los bombardeos prosiguieron en Gaza, destruyendo cada vez más edificios, constataron periodistas de la AFP.
“No hay electricidad ni agua, no hay tejado, los cristales y las puertas están rotos”, explicó Kamal Harzalá, cuya casa quedó destruida en un bombardeo.
El enfrentamiento también se cristalizó en torno a la apertura de un punto de paso hacia el enclave palestino, destinado a hacer entrar una primera entrega de ayuda humanitaria, “indispensable tras nueve días de crisis” según la ONU.
Pero el cruce de Kerem Shalom solo se abrió durante unas horas y luego fue cerrado por Israel tras el lanzamiento de proyectiles palestinos.
En Jerusalén Este, la parte anexionada de la ciudad, se produjeron varios enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes, que utilizaron cañones de agua y detuvieron a varios manifestantes, según un periodista de la AFP.


