Hallan tres muertos bajo escombros tras alud en los Andes peruanos

Hallan tres muertos bajo escombros tras alud en los Andes peruanos


Rescatistas hallaron este miércoles los cuerpos sin vida de tres personas, de ocho desaparecidas, tras el alud que arrasó el martes varias casas de un pueblo andino en el norte de Perú, informaron las autoridades.

“Hemos logrado encontrar el cuerpo de una tercera persona, un varón de 62 años. Se encontraba entre los escombros de un mercado”, dijo a la AFP el teniente Carlos Alberto Valderrama, jefe policial del pueblo afectado por el derrumbe.

Horas antes los brigadistas habían recuperado los cadáveres de un hombre y una bebé de un mes. Se trata de las tres primeras víctimas mortales del desastre, cuyos cuerpos fueron hallados entre los escombros de un mercado.

“Las labores de rescate se suspendieron por el momento por una intensa lluvia que cae en la zona”, dijo Valderrama el miércoles en la noche.

Las autoridades habían informado el martes de 15 desaparecidos, una cifra que se redujo a ocho tras un nuevo balance.

“Tenemos ocho personas desaparecidas, entre ellas tres niños”, declaró antes del hallazgo de los cuerpos el ministro de Defensa, José Gavidia, en Retamas, donde viven unas 5 mil personas.

“Estamos organizando a las brigadas de la policía, bomberos y mineros para poder ingresar”, agregó el ministro, quien se trasladó al lugar el martes para dirigir el rescate.

Gavidia también precisó que las casas sepultadas por el derrumbe fueron “aproximadamente siete”, muy por debajo de las 60 que había reportado el martes el gobernador de la región norteña de La Libertad, Manuel Llempén.

No se ofreció ninguna explicación sobre el abrupto cambio de cifra.

El deslizamiento de tierra ocurrió el martes en la mañana en Retamas, un remoto poblado situado a 2 mil 800 metros de altitud en esa región, unos 500 km al norte de Lima, al desprenderse la cima de un cerro sobre las viviendas por las fuertes lluvias que cayeron en la zona en los últimos días.

Habitada por familias de mineros, la localidad está a 16 horas por carretera de la ciudad de Trujillo, la cabecera regional situada en la costa.

“Pude salir a tiempo, mi casa fue sepultada. El derrumbe nos dejó sin nada”, contó a una radio local Ledy Leiva, quien escapó con otros cinco integrantes de su familia.

Las tareas de búsqueda se prolongaron toda la noche, con una pausa de un par de horas, y se reanudaron al amanecer del miércoles, con participación de policías y bomberos enviados de otras localidades.

No es la primera vez que Retamas protagoniza una tragedia así. En 2009, un alud que sepultó varias viviendas dejó al menos 13 muertos, entre ellas un niño.

El presidente peruano, Pedro Castillo, anunció que en el Consejo de Ministros se “declarará en estado emergencia” al pueblo de Retamas tras supervisar las labores de rescate y la ayuda a los damnificados.

“Declaramos el Estado de Emergencia en el centro poblado de Retamas. Empadronaremos a los afectados para que sean reubicados en un lugar seguro, con mejores condiciones y así, garantizar su salud, educación y vivienda”, dijo Castillo

Castillo lamentó que en Perú la gente pobre construya sus precarias casas en lugares inseguros.

“En el Perú nos falta un mapa de riesgos, hay gente que se atreve hacer un techo [casa] sobre un río, hay gente que se atreve a perforar un cerro para hacer sus viviendas”, agregó.

El arzobispo de Trujillo, Miguel Cabrejos, lamentó la “la pérdida de vidas humanas” por el alud.

“Ya se había determinado este lugar como zona de alto riesgo”, advirtió Miguel Yamazaki, director de Preparación de la Defensa Civil.

Los aludes ocurren con regularidad durante las lluvias estacionales en la región andina de Perú y en otras zonas de Sudamérica, donde es común que se levanten áreas residenciales en zonas de riesgo, como laderas de cerros.

El 15 de febrero, deslaves a causa de las torrenciales lluvias arrasaron algunos sectores de la ciudad brasileña de Petrópolis, al norte de la ciudad de Rio de Janeiro, una tragedia que se saldó con 217 muertos, entre ellos 42 menores, y 33 desaparecidos.


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