Familiares de desaparecidos durante el conflicto armado vivido entre 2001 y 2004 en el sector de la Comuna 13 de Medellín reclamaron este jueves que La Escombrera, la fosa común urbana más grande del país, sea reconocida como lugar de memoria después de que se encontraran los primeros restos humanos tras 20 años de búsqueda, un hito que supone una “derrota aplastante al negacionismo”.
Así lo afirmó el presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Alejandro Ramelli, en una rueda de prensa hoy, en la que recordó que “no es aceptable decir que son pocos” los restos encontrados hasta el momento, ya que es una afirmación “revictimizante”, y que el equipo forense trabaja en la identificación.
“Estamos acá para tratar de pagar una deuda de más de 20 años”, dijo Ramelli, y agregó: “Hemos tardado mucho, pero hoy (...) estamos cumpliéndoles a las víctimas y vamos a seguir trabajando con ellas. La verdad va a seguir siendo desenterrada. Ojalá estos hallazgos sean el vaticinio de muchos más”.
El pasado jueves la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBPD) anunciaron el hallazgo de los primeros restos humanos, y desde entonces se han sucedido los descubrimientos.
“Los hallazgos en La Escombrera son un avance significativo, una reafirmación de que nuestros testimonios y exigencias visibilizaron décadas de crímenes de lesa humanidad y la responsabilidad del Estado colombiano en los hechos victimizantes, la negligencia y el negacionismo institucional como práctica”, dijo Martha Soto, vocera del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice).
En La Comuna 13, sector popular que fue escenario de operaciones militares violentas y estuvo controlado por años por la guerrilla y los paramilitares, la JEP calcula que hubo al menos 502 personas desaparecidas entre 1981 y 2016, por grupos armados ilegales, así como por la fuerza pública.
Por su parte, la defensora del Pueblo, Iris Marín, agradeció el trabajo de “las mujeres buscadoras, así como a las familias que han luchado por la verdad de las personas que han sido desaparecidas en Colombia y en la Comuna 13 de Medellín”.
“Cada hallazgo es una prueba irrefutable de lo que siempre hemos sabido y expresado (...) allí (en La Escombrera) están los rastros de la barbarie que hemos sufrido a causa del conflicto”, pronunció Luz Elena Galeano, vocera del colectivo Mujeres Caminando por la Verdad y madre buscadora.
Por último, María Victoria Fallon, del Grupo Interdisciplinario por los Derechos Humanos (GIDH), recordó que el lugar de los primeros hallazgos coincide con un mano dibujado a mano por un exparamilitar, mientas que pidió justicia y que no haya impunidad ante los crímenes cometidos.
