‘Hasta que los muertos no sean tus muertos’ no te tomarás en serio el Covid-19, avisan desde un hospital uruguayo

‘Hasta que los muertos no sean tus muertos’ no te tomarás en serio el Covid-19, avisan desde un hospital uruguayo


“Hasta que los muertos no sean tus muertos” no te tomarás en serio la gravedad de la Covid-19, dice el personal médico de un hospital privado en Uruguay, el país suramericano que pasó de ser un modelo en la gestión de la pandemia a liderar los rankings de contagios y muertes recientes por la enfermedad en términos relativos.

“La gente lamentablemente no toma conciencia”, dice a AFP Carla Romero, auxiliar de Enfermería en un centro de terapia intensiva (CTI) del sanatorio Casmu en Montevideo

“Es así. Hasta que los muertos no sean tus muertos, hasta que no te pase en tu familia, es difícil” que el virus sea visto como una amenaza real, agrega.

El ambiente fluctúa en esta unidad de tratamiento intensivo, donde el ensayo de distensión alentado por una música suave y la camaradería entre colegas es interrumpido por el aviso del paro cardíaco de una mujer internada. La paciente se recupera y vuelven las caras de alivio.

El gesto adusto solo reaparece cuando los médicos hablan del comportamiento de la sociedad uruguaya frente al Covid-19.

“La gente no cree” en la gravedad del virus, razona el intensivista Francisco Domínguez. “Lo ves en la calle: casi todo el mundo sin tapabocas (...) Hasta que no tiene un pariente acá adentro, no cree”.

‘Sale uno y se te quedan diez’

El 74.5% de las 978 camas de terapia intensiva operativas que hay en todo el país están ocupadas, 56% con pacientes con coronavirus, según datos del martes difundidos por la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI).

“Estamos al borde del esfuerzo”, advierte Domínguez en referencia al agotamiento generalizado de todo el personal de la salud.

Si bien por ahora nunca se ha llegado al límite técnico de la “saturación” (85% de ocupación total), la SUMI ha apuntado que el concepto debe tener en cuenta la capacidad de asistencia y no solo la capacidad de camas, en un sistema que ha aumentado significativamente el número de unidades disponibles.

Y en esa capacidad de asistencia entra también la carga emocional de trabajar en un lugar donde la pérdida es cotidiana.

“Lo más difícil [con lo que tenemos que lidiar] es la muerte. Y en el área intensiva no tenemos una recompensa, porque sabemos que vienen y es muy difícil verlos salir. Te sale uno y se te quedan diez”, ilustra Romero.

La enfermera cataloga como “tremenda” la cantidad de gente que ha fallecido en apenas 20 días de abril. “Y lo que falta todavía...”.

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