El hombre que disparó a Reagan en 1981 no está listo para ser liberado

El hombre que disparó a Reagan en 1981 no está listo para ser liberado


El hombre que en marzo de 1981 disparó al entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, no está listo para salir del hospital psiquiátrico en el que se encuentra, dijo el miércoles el fiscal en una corte de Washington.



John Hinckey, de 59 años, mandó últimamente cartas a asesinos en serie y tiene fotos de celebridades en su pared, alegó el fiscal.



Por su enfermedad mental, Hinckey fue declarado no culpable después de su atentado contra la vida de Reagan en 1981.



Ese año fue internado en el hospital psiquiátrico de St. Elizabeth's.



Hinckey disparó a Reagan, entonces presidente de EU, a su responsable de prensa, Jim Brady, y a otras dos personas en el exterior de un hotel el 30 de marzo de 1981 en un intento de impresionar a la actriz de Hollywood Jodie Foster, con la que dijo estar obsesionado.



Con los años, ha ido recibiendo permisos para abandonar las instalaciones del hospital a medida que su salud mental iba mejorando.



El juez federal Paul Friedman dijo a la corte este miércoles que decidirá si Hinckley, después de tres décadas y media, está preparado para una "transición para convertirse en un paciente externo" y "si es capaz de integrarse a la comunidad".



El gobierno de EU insiste en que el comportamiento de Hinckley continúa siendo preocupante y que eso debería disuadir al juez de relajar las restricciones sobre sus movimientos.



Con una chaqueta gris y una camisa sin corbata, Hinckley entró en la sala arrastrando los pies.



Era una versión más gris y ligeramente más panzuda del hombre que recuerdan los americanos por las imágenes difundidas en televisión del protagonista de uno de los crímenes más notorios que ha vivido Washington en las últimas décadas.



Sus abogados dijeron que Hinckley tiene novia y que ha sido capaz de llevar a cabo su trabajo de medio tiempo como jardinero voluntario en Williamsburg, Virginia, el pueblo natal de su madre, a unos 240 km al sur de Washington.



Hinckley continuó teniendo, sin embargo, comportamientos preocupantes: espió a sus compañeros y escribió cartas a los asesinos en serie Ted Bundy y Charles Manson, además de "violar el itinerario" que tenía establecido, dijo el asistente del fiscal, Colleen Kennedy, en el primer día de las tres jornadas previstas de testimonios ante el juez.

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