Decenas de personas fueron detenidas este jueves 1 de octubre en Hong Kong por haber infringido una prohibición de manifestar en el día de la fiesta nacional de China, durante la que la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, elogió el “retorno de la paz”.
La República Popular de China celebra su creación cada 1 de octubre, un día festivo en el que se organizan eventos oficiales muy supervisados.
Pero en la excolonia británica, parte de la población suele aprovechar esta fiesta para expresar su rechazo ante la voluntad de Pekín de interferir en sus libertades, pese a que estén garantizadas en el marco del acuerdo de retrocesión a China de 1997.
La mayoría de manifestaciones fueron prohibidas desde comienzos de año en Hong Kong, donde en junio entró en vigor una ley sobre seguridad nacional, impuesta por Pekín.
La jefa del ejecutivo local, Carrie Lam, participó junto a responsables chinos en un acto oficial en el centro de exposiciones de la isla, escoltada por las fuerzas de seguridad. Mientras, varios helicópteros sobrevolaban el territorio desplegando banderas chinas y hongkonesas.
“Durante los últimos meses, un hecho incontestable para todo el mundo es que nuestra sociedad está de nuevo en paz”, declaró Lam en su discurso. “La seguridad nacional de nuestro país fue protegida en Hong Kong y nuestros ciudadanos pueden ejercer de nuevo sus derechos y libertades conforme a las leyes”, añadió.
Horas después, la policía intervino en el barrio comercial de Causeway Bay, escenario de violentos enfrentamientos el año pasado, advirtiendo con pancartas a la multitud que estaba infringiendo la ley sobre la seguridad nacional.
La policía indicó que había detenido al menos a 60 personas, la mayoría por participar en una “concentración no autorizada”.
El año pasado, el 70º aniversario de la creación de la China popular dio lugar a violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Pero este año las autoridades prohibieron cualquier manifestación, por razones de seguridad y por las medidas adoptadas para atajar la pandemia de coronavirus, que limitan las concentraciones públicas a cuatro personas como máximo.
Lam, nombrada por Pekín, también se escudó en el nuevo coronavirus en julio para aplazar un año las elecciones legislativas, que debían celebrarse a principios de septiembre.
Las autoridades movilizaron a unos 6.000 agentes, indicó a la AFP una fuente policial, el doble del efectivo que normalmente se utiliza en caso de probables manifestaciones.
A lo largo del día, grupos de activistas conocidos del movimiento prodemocracia organizaron pequeñas concentraciones, asegurándose de no ser más de cuatro.
“Hoy, en China, los que quieren libertad son reprimidos y los que la reprimen están en el poder”, declaró a la prensa el activista Lee Cheuk-yan.
Rodeado de unos cuarenta policías, otro militante gritó “Pongan fin a la regla del partido único”.
Varios manifestantes se reunieron igualmente delante de la Oficina de Enlace, que alberga las oficinas del gobierno central chino en Hong Kong.