Fuertes ráfagas de viento, calles inundadas, postes y árboles caídos dejaba el huracán Delta en la ciudad de Cancún (sureste), tras golpear este miércoles la costa caribeña mexicana, donde sin embargo no se reportan víctimas.
Gran parte de Cancún y los balnearios vecinos de Playa del Carmen y Cozumel permanecían sin electricidad, luego de que el ciclón ingresara de madrugada en la península de Yucatán degradado a categoría dos.
El centro del huracán se localizaba en la tarde en el Golfo de México, a unos 45 km al noreste de Dzilam y a 110 km al noreste de Progreso, en el estado de Yucatán, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Delta había alcanzado la categoría cuatro en una escala de cinco.
“No tenemos notificación (...) de algún deceso”, informó más temprano Luis Alberto Ortega, coordinador de Protección Civil.
Los vientos batían enormes palmeras, muchas de las cuales terminaron en el suelo al igual que postes, tendidos eléctricos, señales de tránsito y avisos comerciales, observaron periodistas de la AFP.
“Pegó recio el huracán”, dijo a la AFP un guardia de seguridad en un lote de autos.
La intensidad de los vientos disminuía en la tarde y por momentos era acompañado de una lluvia ligera.
Con vientos de hasta 175 km/h, el ciclón entró por la Península de Yucatán, cerca de la ciudad de Puerto Morelos, entre los balnearios turísticos de Cancún y Playa del Carmen, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
De acuerdo con el NHC, ya sobre el Golfo la velocidad de los vientos había disminuido hasta 155 km/h.
Se pronostica que en su avance este miércoles y jueves rumbo a Estados Unidos, el meteoro se fortalezca nuevamente y “pudiera convertirse en huracán intenso otra vez”, añade el NHC.
Militares y personal de Protección Civil recogían troncos y demás destrozos. Con machetes, pobladores también cortaban ramas para despejar vías. En total fueron desplegados 6,500 militares en Yucatán y Quintana Roo para auxiliar a las comunidades afectadas.
Además de esas regiones, las precipitaciones se extendían a los vecinos estados de Campeche y Tabasco, según las autoridades.
Unos 41,000 turistas fueron evacuados el martes a refugios desde sus hoteles en Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, según Roberto Cintrón, presidente de la asociación hotelera local. De ellos, 85% son mexicanos y el resto extranjeros, sobre todo estadounidenses.
“Estábamos a 35% de nuestra capacidad. Para prevenir el contagio de covid-19, en los refugios se han tomado las mismas medidas que en los hoteles, como uso de gel, cubrebocas”, añadió Cintrón.
En Cancún, mayor destino turístico de México que este miércoles se hallaba cubierto por una espesa nubosidad, fueron habilitados más de 160 albergues.
“Horrible, se sintió muy feo, sí sentía que en algún momento se iba a volar una ventana”, contó a la AFP Patricia Escamilla, turista de 54 años, en un refugio.
Como muchos otros vacacionistas, Escamilla viajó a Cancún tras meses de confinamiento por la pandemia.
Durante buena parte de este miércoles las calles de Cancún lucían desiertas.
Algunos comercios reabrieron tras permanecer cerrados desde la tarde del martes, cuando también fueron suspendidas las operaciones de los aeropuertos de Cancún y Cozumel.
El pasado fin de semana, la tormenta tropical Gamma y otro frente frío provocaron intensas lluvias en gran parte de la región, con saldo de seis muertos y unos 600,000 afectados en el sur y sureste de México.
“No hemos tenido mucho sol, es una lástima. Tampoco hemos podido salir a conocer otros lugares”, se lamentaba la turista costarricense Alexandra González, de 34 años.
Esta situación supone un nuevo golpe para este polo turístico, que ha visto caer de manera dramática la llegada de visitantes a raíz de la epidemia.
El turismo representa más de 8% del PIB de México, el cuarto país del mundo más enlutado por el coronavirus con 82,348 fallecidos y 794,608 casos confirmados.
Los balnearios del Caribe mexicano no han sido golpeados por un huracán mayor desde 2005, cuando Wilma, de categoría 4, tocó tierra. Por su lento desplazamiento se quedó estacionado casi 72 horas.
Delta es la vigesimosexta tormenta de esta temporada en el Atlántico, en la que se han batido varios récords, entre ellos que se agotó la lista de nombres previstos para los ciclones y los meteorólogos comenzaron a identificarlos con el alfabeto griego.