Se incrementa la violencia contra las periodistas en América

Se incrementa la violencia contra las periodistas en América


A “La Nana Pelucas” la mataron para callarla. Leslie Ann Pamela Montenegro, baleada en Acapulco en 2018, fue una de las siete mujeres periodistas asesinadas por informar en América en los últimos seis años, indicó este viernes 8 de marzo la relatoría de libertad de expresión de la OEA.

La muerte de la satírica bloguera, así como la de Regina Martínez, en Veracruz, y la de otras colegas en México y Colombia ocurridas entre 2012 y 2018, aparecen relevadas en el informe "Mujeres Periodistas y Libertad de Expresión".

Pero “los asesinatos son apenas la parte visible del iceberg”, dice el reporte, al destacar el aumento de los actos de violencia contra las comunicadoras en razón de su género, incluidas las muertes, el acoso sexual y el hostigamiento a través de internet.

En sociedades donde el ejercicio de periodismo es ya un reto, el machismo y los estereotipos de género arraigados agravan la situación de peligro de las mujeres dedicadas a informar, señala.

“Las mujeres periodistas en la región están expuestas a riesgos adicionales por el solo hecho de ser mujer”, dijo a AFP Edison Lanza, relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), a cargo del estudio.

“Al género se suman en muchos casos la estigmatización y la descalificación por motivos de raza, origen étnico, religión, edad, clase social y orientación sexual”, añadió, enfatizando la doble discriminación que sufren en muchos casos las indígenas y las afrodescendientes.

La violencia sexual hacia las mujeres periodistas ocurre tanto dentro como fuera de las redacciones, y va desde bromas y comentarios sobre la ropa y el cuerpo a contacto físico e insinuaciones por parte de compañeros de trabajo o incluso fuentes, dijo Lanza.

El relator destacó como algo novedoso la irrupción de la violencia en redes sociales y aplicaciones tecnológicas. Y citó un estudio realizado entre 2017 y 2018 por la International Women's Media Foundation, en el que el 63% de las encuestadas dijo haber sido sido amenazada o acosada 'online'.

Además, el 58% dijo haber sufrido amenazas o acoso en persona, y el 26%, haber sido víctima de ataques físicos.

La reportera paraguaya Clara Martínez lo sabe muy bien: en agosto de 2017, hinchas del club de fútbol Cerro Porteño la besaron por la fuerza durante la cobertura de un clásico.

Situaciones similares ocurridas en la cobertura de espectáculos deportivos en Brasil y México también son denunciadas en el informe.

A pesar de avances recientes, la igualdad entre hombres y mujeres está lejos de alcanzar la carrera de periodismo ya que “persiste la percepción de que el periodismo no es una profesión ‘apropiada’ para las mujeres”.

El porcentaje de presentadoras o reporteras de TV está creciendo en la región, pero las oportunidades de desarrollo profesional de las mujeres siguen limitadas, dijo el informe.

Las mujeres están sobrerrepresentadas en la cobertura de temas tradicionalmente asociados a lo “femenino” y subrepresentadas en las de temáticas consideradas destacadas, como política y economía.

Además, “las mujeres periodistas encuentran muchas veces los llamados ‘techos de cristal’ para llegar a los puestos de dirección”, dijo Lanza.

No solo muy pocas en la región acceden a posiciones gerenciales en los medios, sino que cuando lo hacen enfrentan una mayor desigualdad salarial, dice el informe, que refiere casos en que los hombres llegan a ganar el doble que las mujeres por igual trabajo.

Lanza mencionó otra variable en términos de inequidad y precariedad laboral: “Ante la violencia que sufren los periodistas en general, las mujeres están adoptando algunas coberturas de crónica roja que muchos hombres abandonan”.

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