Negociaciones de paz

Israel mira con recelo el acuerdo con Hamás mientras se prepara para recibir a los rehenes

Israel mira con recelo el acuerdo con Hamás mientras se prepara para recibir a los rehenes
Una mujer camina este miércoles en una calle de Jerusalén delante de fotos de los rehenes israelíes secuestrados por Hamás el 7 de octubre del año pasado. EFE/Alejandro Ernesto


A pocas horas de que, previsiblemente, Israel y el grupo islamista palestino Hamás firmen un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes en Gaza, muchos israelíes miran con recelo un pacto que, al menos en su primera fase, solo liberaría a 33 del casi centenar de secuestrados que aún quedan en la Franja.

+info

Israel y Hamás, ‘más cerca que nunca’ de un acuerdo de alto el fuego en GazaHamás dice que cese al fuego podría estar cerca si Israel deja de poner nuevas condiciones

“Las familias (de los rehenes) están divididas. Es muy difícil para muchas de ellas sentir que algunos van a recibir muy buenas noticias pronto, y otros noticias muy malas”, explica en una rueda de prensa Carmit Palty Katzir, miembro del Foro de Familias de los Rehenes y Desaparecidos.

Tanto la madre de Carmit como su hermano fueron secuestrados el 7 de octubre de 2023, el día en que Hamás, apoyado por la Yihad Islámica, atacó a Israel en una acción en la que murieron unas 1,200 personas y más de 200 fueron secuestradas y que fue el desencadenante de la actual guerra.

El padre de Carmit murió en los ataques; la madre, Hanna, fue liberada durante el primer acuerdo de alto el fuego, en noviembre de 2023, pero el hermano, Elad, falleció en cautiverio.

“Ya hemos visto qué pasa cuando (los rehenes) no son liberados”, lamenta. “El tiempo es esencial”.

Según las filtraciones del borrador a los medios de comunicación, el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás contempla la liberación paulatina de 33 rehenes, considerados casos “humanitarios” (menores de edad, mujeres, mayores de 50 años y enfermos), a lo largo de una primera fase de 42 días.

En la segunda fase se liberaría a los hombres menores de 50 años, incluidos soldados, y en la tercera se comenzaría a reconstruir la Franja.

No se sabe, de momento, cuántos de esos 33 rehenes “humanitarios” siguen vivos.

Preparándose para recibir a los liberados

Más allá de las incógnitas, tanto el Foro de las Familias como los servicios de voluntarios (que jugaron un papel clave durante el 7 de octubre y la primera tregua dando apoyo psicológico a las familias) se preparan para recibir a esas 33 personas, vivas o muertas.

Amir Blumenfeld, que forma parte del departamento sanitario del Foro de las Familias, supone que la salud de los liberados sea mucho peor que durante la tregua de noviembre, ya que los rehenes que todavía siguen con vida han pasado 400 días más en Gaza que los liberados al mes de empezar la guerra.

“Nos tememos que todos tendrán muchas enfermedades”, explica, desde desnutrición a problemas cutáneos o estrés postraumático.

Una de las lecciones de la primera tregua que el Foro espera implementar es que los hospitales establezcan zonas aisladas, lejos de los focos, para tratar a los rehenes liberados, ya que les costará un tiempo adaptarse a la vida en el exterior.

Mientras, voluntarios de la organización Zaka, encargada de identificar a las víctimas de desastres, estarán a la espera para acompañar a los familiares que reciban cadáveres en el proceso de identificación y entierro de los cuerpos.

Todos coinciden en que las emociones están a flor de piel y son contradictorias, pero esta es la mejor oportunidad para traer con vida, al menos, a algunos de sus seres queridos.

Una ‘mala’ decisión militar

Esta es también la postura de analistas y exmilitares, que destacan que el acuerdo es una “mala” decisión militar que permite al Gobierno cumplir uno de los objetivos de la guerra en Gaza: liberar a los rehenes.

Pero Israel no ha perdido de vista el resto de objetivos, que pasan por la destrucción total de las capacidades militares y de gobierno de Hamás.

“Tenemos muchas herramientas para luchar contra Hamás después del acuerdo”, explica el general de brigada retirado Amir Avivi, que asegura que Israel no tiene ninguna intención de poner fin a la guerra, con o sin tregua.

Jonathan Conricus, que fue portavoz del Ejército israelí entre 2017 y 2021, va más allá: cree que el acuerdo está dividido en fases precisamente para permitir a Israel retomar los combates.

“Hay un 10 % de probabilidades” de que Israel y Hamás lleguen a cumplir las tres fases del acuerdo, asegura en una entrevista a EFE.

Ambos coinciden en que eliminar a Hamás llevará mucho más tiempo, y creen que la presencia militar israelí en Gaza podría extenderse al menos una generación.

Esto es compatible, según la analista Shiri Fein-Grossman, con la normalización de relaciones con Arabia Saudí y otros países del mundo árabe, la única “victoria” real que puede salir de la guerra en Gaza.

Fein-Grossman, que trabajó durante una década en el Consejo de Seguridad Nacional israelí profundizando las relaciones del país con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos, cree que mientras los saudíes vean que Israel establece “condiciones” para la salida de sus tropas de Gaza (como la desradicalización de la población), la normalización es posible.

La analista cree que solo de esta manera conseguirá Israel crear un “nuevo orden mundial” que asegure su supervivencia a largo plazo.


LAS MÁS LEÍDAS