Israel y Hamás comienzan este lunes sus respectivas negociaciones particulares con vistas a encauzar próximos contactos, siempre indirectos a través de la mediación de Qatar, de cara a una segunda fase del acuerdo de alto el fuego alcanzado el 15 de enero con un objetivo enormemente complejo en el horizonte: el futuro político de la Franja de Gaza.
Aunque este futuro no está explícitamente recogido en los términos del acuerdo, las negociaciones que arrancan el lunes ya irán discutiendo los términos de la tercera y última fase del pacto, entre ello el plan de reconstrucción del enclave, en principio bajo supervisión internacional, y la clase de autoridad que regirá el enclave con vistas a un cese de hostilidades permanente, en el mejor de los casos.
La segunda fase del acuerdo debería comenzar al término de las seis semanas que marca la primera etapa que arrancó el 15 de enero y vuelve a estar caracterizada por los intercambios entre rehenes israelíes en Gaza por prisioneros palestinos en manos de Israel.
Concretamente, Hamás se comprometería a liberar a todos los rehenes masculinos restantes a cambio de un número de presos palestinos todavía por acordar.
Este intercambio debería ir acompañado de provisiones para garantizar una “calma sostenible” en el enclave y de la retirada de todos los militares israelíes de la Franja de Gaza. La segunda fase, de ser aprobada, durara, como la anterior, 42 días.