La justicia británica rechazó este lunes extraditar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a Estados Unidos, que lo reclama para juzgarlo por espionaje por la publicación de cientos de miles de documentos secretos, al considerar que de lo contrario podría suicidarse.
“Considero que el estado mental del señor Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a Estados Unidos”, escribió la jueza Vanessa Baraitser de la corte penal de Londres en su sentencia.
“La salud mental del señor Assange se deterioraría motivándolo a cometer suicidio llevado por la ‘determinación obsesiva’ de su trastorno de espectro autista”, agregó.
Estados Unidos tiene ahora un plazo de 14 días para recurrir esta decisión y su representante legal afirmó ante la corte que así lo hará.
Por su parte, la defensa de Assange anunció que pedirá la libertad bajo fianza de su cliente.
Un grito de júbilo estalló entre la treintena de manifestantes que se habían congregado a las puertas del tribunal para expresar su apoyo al australiano, de 49 años, en este caso que denuncian como clave para la libertad de prensa.
“¡Ganamos!”, gritaron abrazándose y olvidando sus pancartas donde podía leerse “No extraditen a Assange, el periodismo no es un crimen” o “Liberen la verdad, excarcelen a Assange”.
“Estoy aquí esta mañana porque apoyo a un hombre que, en mi opinión, ha sido injustamente encarcelado por decir básicamente la verdad. No ha hecho nada malo”, había dicho previamente a la AFP una manifestante, Myra Sands, de 78 años.
La abogada Stella Morris, compañera sentimental del australiano con quien tiene dos hijos, había llegado al tribunal media hora antes del inicio de la vista, pero no quiso hacer declaraciones.
La víspera había dicho al diario alemán Der Spiegel que “la defensa de Julian se ha visto seriamente obstaculizada” en la prisión londinense de Belmarsh, donde lleva 20 meses recluido desde su espectacular detención en abril de 2019 dentro de la embajada de Ecuador en Londres, donde vivió refugiado siete años.
