La ofensiva de la comunidad internacional se intensificó este martes para intentar detener los bombardeos del ejército israelí en Gaza y las salvas de cohetes palestinos sobre Israel, sin visos de amainar tras una semana de escalada sangrienta.
Al menos 222 personas han muerto, de ellas 212 palestinos, desde que el lunes estalló esta espiral de violencia entre Israel y los grupos palestinos de la Franja de Gaza.
En Cisjordania ocupada por Israel, los enfrentamientos de manifestantes con el ejército israelí han dejado 20 muertos en una semana, según el último balance palestino.
El movimiento Fatah convocó a lo que llamó un “día de ira” y una huelga general para este martes. Una convocatoria que también se ha hecho en ciudades árabes israelíes y localidades “mixtas” de Israel, donde la tensión entre judíos y árabes es muy alta.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá por cuarta vez para una sesión de emergencia el martes, pero Estados Unidos sigue oponiéndose a la adopción de una declaración que llame al “cese de la violencia”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, acusado por su propio partido de falta de firmeza frente a Israel, expresó el lunes por la noche su apoyo a un “alto el fuego”, en una nueva llamada telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Los protagonistas hacen oídos sordos a estos llamamientos. “Nuestra línea es seguir atacando objetivos terroristas”, recalcó el lunes por la noche el jefe del gobierno israelí.
Durante la noche, los ataques prosiguieron en el enclave palestino: aviones de combate israelíes lanzaron misiles sobre edificios de la ciudad de Gaza y las explosiones iluminaban el cielo, constataron periodistas de la AFP.
Los bombardeos de la víspera alcanzaron las oficinas de la Media Luna Roja catarí y la única clínica dedicada a la detección del Covid-19 en este territorio asolado por la pobreza y bajo bloqueo israelí desde hace casi 15 años.
Desde el 10 de mayo que comenzaron las hostilidades, 3 mil 440 cohetes fueron disparados desde la Franja de Gaza, indicó el ejército israelí, que precisó que un 90% fue interceptado por el sistema de defensa antiaéreo.
Civiles
“Lo único que podemos hacer es quedarnos en casa, la muerte puede llegar en cualquier momento”, declaró Ruba Abu Al Auf en Gaza. “Los bombardeos son una locura y no distinguen entre personas”.
Los misiles israelíes dejaron cráteres en la calzada y causaron destrozos graves en la red eléctrica, sumiendo a Gaza nuevamente en la oscuridad.
Existe el riesgo de crisis humanitaria, con casi 40 mil palestinos desplazados y 2 mil 500 personas que perdieron sus hogares en los bombardeos.
El movimiento islamista Hamas, en el poder en la Franja de Gaza, amenazó con disparar más cohetes contra Tel Aviv si la aviación israelí “no deja de apuntar a civiles”. Decenas de sus misiles cayeron sobre el sur de Israel.
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