Las afganas pierden la esperanza tras veto a educación femenina universitaria

Las afganas pierden la esperanza tras veto a educación femenina universitaria


Tras semanas de rumores y especulaciones, la mañana de este miércoles miles de jóvenes afganas se despertaron para vivir la materialización de una nueva condena, tras la decisión del Gobierno de los talibanes de prohibir a las universidades ofrecer educación a las mujeres.

“La pasada noche y hoy fueron los días más oscuros de mi vida, perdimos la última esperanza de nuestras vidas”, dijo hoy a EFE Nooria, una de las miles de estudiantes afectadas, que no alcanza a comprender la medida.

“No hay una única y pequeña indicación para prohibir la educación femenina en el Islam, mientras que hay muchas pruebas claras y sólidas de que tanto hombres como mujeres deberían estudiar”, agregó.

Muchas jóvenes acudieron este miércoles a las universidades con sus mochilas cargadas a la espalda, solo para comprobar que efectivamente se les impedía el acceso en la misma puerta.

“Fui a la universidad, a los chicos se les permitió ingresar a la universidad, pero los miembros de las fuerzas de seguridad talibanes me impidieron ingresar, este es el mundo en el que vivimos”, lamentó en redes sociales otra de las afectadas.

Un grupo de alumnas protagonizó una protesta frente a la Universidad de Nangarhar, en el este del país, tras serles vetado el acceso al centro, y a ellas se unieron varios estudiantes varones de medicina que se negaron a acudir a clase al grito de “todos o ninguno”

“Nos reunimos aquí para oponernos a la prohibición de la educación universitaria femenina. Es genial que los estudiantes varones también se unieran a nuestra protesta. Todos nos negamos a hacer exámenes mientras se impida a las mujeres la entrada a las universidades”, dijo una de las estudiantes en un breve video compartido en redes sociales.

Este veto a la educación femenina en las universidades se suma al que ya impide el acceso de las mujeres a las escuelas de secundaria desde la llegada de los fundamentalistas al poder en agosto de 2021.

Y al igual que sucedió hace un año con esta prohibición, las autoridades no especificaron ayer por cuánto tiempo se extendería el veto, sino que anunciaron que entraba “con efecto inmediato y hasta nuevo aviso”.

“Desde el anuncio mi hija sufre un gran dolor y llora. Qué clase de padres somos los que nos sentamos en silencio y observamos la muerte gradual de nuestros hijos”, dijo a EFE la periodista y activista social, Zakia Kawiyan.

Un dolor que comparten todas las mujeres, y por el que la también estudiante Meena pide que los hombres “den un paso al frente por sus hermanas y sus hijas”, para evitar “que nuestra eliminación y nuestro futuro queden en la oscuridad”.

OPRESIÓN TALIBÁN

La medida de los talibanes se suma a una larga lista de restricciones contra las mujeres, y que incluye la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.

Lo que no hace más que acercar la postura del actual Gobierno talibán a la de su anterior régimen entre 1996 y 2001, conocido por la exclusión de las afganas y su estricto código social.

Porque más allá de impedir el acceso de las mujeres a la universidad, la nueva orden “también priva a Afganistán de su desarrollo”, criticó en un vídeo la antigua parlamentaria del Gobierno depuesto por los talibanes y activista por los derechos de las mujeres, Fauzia Koofi, quien tildó de “muy lamentable” el silencio de los hombres.

La ONU y otras organizaciones internacionales también condenaron hoy la medida de los talibanes.

El relator especial de la ONU en Afganistán, Richard Bennett, la rechazó por tratarse de “un nuevo mínimo en la violación de los derechos a la educación igualitaria y profundiza la eliminación de las mujeres de la sociedad”, y llamó a los talibanes a “revertirla de inmediato”.

Mientras que Human Rights Watch la calificó de “vergonzosa” e insistió en que los talibanes “dejan claro todos los días que no respetan los derechos fundamentales de los afganos, especialmente de las mujeres”.

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