El expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) afirmó este sábado en Sao Paulo, al lado del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, que los comicios de este domingo en Brasil son una elección “entre la democracia y el autoritarismo”.
“Esta no es una elección entre la izquierda y la derecha. Es entre la democracia y el autoritarismo”, dijo a los medios de comunicación y reafirmó su apoyo al líder del Partido de los Trabajadores.
Lula ganó la primera vuelta de las elecciones -el 2 de octubre- con un 48.4% de los votos, frente al 43.2% que obtuvo el candidato a la reelección Jair Bolsonaro, con el que se medirá en el balotaje de hoy.
Mujica, un fiel aliado del exgobernante Da Silva, expresó que ve la carrera presidencial más “positiva” para Lula, que parte como favorito en las encuestas con una ventaja de entre cuatro y siete puntos.
“Brasil siempre fue el país de la alegría, con pobreza, con miseria, era el país de la samba. No puede ser un país con rencor, con odio, hay que superarlo”, apuntó Mujica.
Ayer sábado fue el último día de una larga y dura campaña electoral que ha estado altamente polarizada entre Lula, que gobernó el país entre 2003 y 2010, y Bolsonaro, que aspira a renovar su mandato por cuatro años.
Bolsonaro, en sus últimas horas de campaña, llamó a sus simpatizantes a ser “fiscales” del proceso de votación en los colegios electorales. “Amigos y amigas, este próximo domingo, ahora, mañana, sea fiscal de Bolsonaro. En el lugar de votación, usted estará atento, pendiente de todo lo que ocurra allí dentro. Ayude a nuestro Brasil”, afirmó en un video divulgado por su equipo.
En este marco, el actual jefe de Estado, que en los últimos meses ha sembrado sospechas sobre el proceso electoral, con graves ataques a las urnas electrónicas, animó a sus votantes a registrarse en una página web de su partido para convertirse en “fiscal de Brasil”.
La actuación de fiscales voluntarios el día de las elecciones es algo previsto en la legislación brasileña, que también les prohíbe generar disturbios, dificultar el trabajo de los miembros de la mesa de votación o intimidar a los electores.
Durante la campaña, Bolsonaro ha puesto en duda la legitimidad de las urnas electrónicas, que el país utiliza desde 1996 sin que hayan sido objeto de una denuncia por fraude desde entonces, e insinuó que no reconocería el resultado en caso de derrota.
Sin embargo, en los últimos días ha bajado el tono de sus amenazas hasta el punto de que en la noche del viernes, tras finalizar el último debate con Lula, se comprometió a respetar el resultado sin condicionantes.
“El que tenga más votos, ganará [la elección]. Eso es democracia”, declaró Bolsonaro a la cadena Globo.