Representaciones de nueve países del continente americano se reunieron este miércoles, 12 de abril, en Costa Rica para dar seguimiento y dialogar sobre el flujo migratorio de cubanos que se produce en las fronteras de la región.
En la reunión, participaron jerarcas en materia de migración y diplomáticos de los países de Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Ecuador y Colombia, quienes intercambiaron ideas sobre el manejo de la migración en el área, principalmente en el ámbito normativo.
En el encuentro también estuvieron presentes el director de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Marcelo Pisani, el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Carlos Maldonado y la representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Alice Harding Shackelford.
La reunión se llevó a cabo en San José, capital de Costa Rica, y fue dirigida por el vicecanciller de este país, Alejandro Solano.
Solano destacó que los órganos internacionales pueden ayudar a tratar el tema de los flujos migratorios desde una perspectiva de coordinación en el área, que permita un trato integral en los distintos países. Según el vicecanciller, con este tipo de iniciativas se espera articular estrategias coordinadas entre los participantes del encuentro, de manera que se puedan atender las condiciones migratorias del área. Además, destacó que el diálogo se continuará fortaleciendo gracias a la participación de los países partícipes del encuentro en instancias y foros internacionales.
La actividad además sirvió como un espacio para dar seguimiento a las reuniones sostenidas por los países de El Salvador, Guatemala, México y Costa Rica, los cuales coordinaron en enero una solución para facilitar el transporte de aproximadamente 5 mil migrantes cubanos que se dirigían a Estados Unidos y que permanecieron varados en Costa Rica y Panamá por cuatro meses.
En aquel entonces, la negativa de Nicaragua de permitir el paso de los cubanos por su territorio requirió de un proceso de cooperación entre esas naciones de la región, con el objetivo de facilitar transportes aéreos a los migrantes, de manera que pudieran continuar con su tránsito desde México y El Salvador.
