Unos 110 hondureños de los casi mil 700 que habían iniciado trámites para quedarse en México como refugiados pidieron volver a su país, al igual que otros 170 que formaban parte de una caravana que quiere llegar a Estados Unidos, informaron este miércoles 24 de octubre las autoridades.
El agotamiento del camino y la incertidumbre han golpeado a muchos de los migrantes, entre ellos niños y mujeres embarazadas.
No obstante, pese al cansancio y las advertencias del Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos de que no se les permitirá entrar, otros miles siguieron hoy su travesía desde Huixtla, en el estado de Chiapas, hacia el norte.
“Hasta ahorita, cansadones. Creo que podemos seguir igual, así como venimos”, dijo a DPA Miguel Antonio, uno de los migrantes de la caravana, al reanudar su marcha en Huixtla después de pernoctar ahí, con destino a Mapastepec, a 65 kilómetros.
Según un comunicado conjunto difundido hoy por los Ministerios del Interior y del Exterior, sólo quedan 3 mil personas en la caravana que avanza en condición migratoria irregular, pero sin ser detenida, por el suroeste del país.El grupo que prefirió quedarse en Huixtla, a unos 80 kilómetros de la frontera entre México y Guatemala, pidió apoyo a autoridades locales para el retorno en autobuses a Honduras.Los otros 110 estaban bajo custodia del Instituto Nacional de Migración en la ciudad de Tapachula, a 40 kilómetros de la frontera sur mexicana.
La caravana original partió el 13 de octubre desde Honduras y llegó el viernes a México después de recorrer casi 700 kilómetros. Otros se sumaron en el camino hasta conformar un grupo que llegó a tener más de 7 mil 500 personas, según los organizadores.
Antes de la salida del sol, el contingente se puso hoy en marcha hacia Mapastepec. La próxima escala está todavía a miles de kilómetros de la frontera de Estados Unidos.
La ruta exacta que seguirán todavía no se ha definido, pero en caso de tomar hacia el noreste, que es el camino más corto pero peligroso, serían unos mil 950 kilómetros hasta Nuevo Laredo.