Miles de personas salieron a las calles de Nueva York, Madrid, Berlín, París, Varsovia, La Haya y en la propia Rusia para instar al presidente ruso, Vladimir Putin, a poner fin a la “locura” de la guerra que desató con la invasión de Ucrania que ya deja decenas de muertos y más de 100 mil desplazados.
La policía rusa detuvo a más de mil 700 personas en 51 ciudades distintas por participar en manifestaciones contra la guerra, según la ONG de derechos humanos OVD-info. Rusia cuenta con una severa legislación de control de las manifestaciones que suelen terminar con masivas detenciones.
En Nueva York, unas 200 personas caminaron desde Times Square a la sede de Naciones Unidas preocupadas por la suerte que aguarda a sus familiares en Ucrania.
Es el caso de Kateryna Bieliayeva, de 34 años, que cada poco tiempo chequea cómo están sus padres, médicos, que decidieron quedarse en Chernihiv, en el norte de Ucrania, cerca de la frontera con Bielorrusia y Rusia.
“Parte de la región ya está ocupada” y siguen los combates, dice angustiada a la AFP.
“Me gustaría hacer algo, pero me siento impotente. (Manifestarme) es lo único que puedo hacer”, asegura esta ucraniana nacionalizada estadounidense.
Dmytro Zhurba, que lleva ocho años en Nueva York y nació y creció en Crimea, anexada por Putin en 2014, está preocupado por sus padres que se protegen “de los aviones (militares) rusos en un sótano (de la localidad) de Kharkiv”.
“Crimea ya no es Ucrania. No puedo estar ahí. Mi madre nació en la región de Donetsk y mi padre en Lugansk. Ya no hay ni Donetsk ni Lugansk. Ahora viven en Kharkiv y la guerra está llegando a Kharkiv. Estoy harto de correr por todas partes. Igual que mi familia. Y mi hermana pequeña está en medio de Ucrania. Tiene tres niños, el mayor de seis años”, explica, resumiendo una realidad que viven muchas familias ucranianas.
En Berlín, frente a la embajada rusa, una pancarta pide: “Detengan esta locura, salven la vida, no más mentiras”. Muchos de los participantes son rusos residentes en Alemania.
“Todo el mundo debería venir hoy aquí y apoyar a Ucrania. Decir que la guerra debe terminar”, señaló a la AFP Olga Kupricina, de 32 años, originaria de Kaliningrado y asentada en Alemania desde octubre.
“Los ucranianos y los rusos son hermanos y hermanas. Todos mis amigos están conmocionados y no quieren una guerra. Queremos demostrar que estamos en contra de la guerra. Somos rusos y venimos de Rusia. Ucrania siempre ha sido un país muy amistoso con nosotros y un país cercano”, abunda Ekaterina Studnitzky, de 40 años y residente en Alemania desde hace 16.