Al menos cuatro muertos dejaron protestas y disturbios en Venezuela previo a las manifestaciones oficialistas y opositoras de este miércoles, primer gran pulso en las calles desde las violentas marchas de hace un año contra el presidente Nicolás Maduro.
Un joven de 16 años falleció la noche de este martes 22 de enero en la popular barriada de Catia, en el oeste de Caracas, en tanto que otras tres muertes ocurrieron durante saqueos en el estado Bolívar, sureste, fronterizo con Brasil, según informes de la policía y el Observatorio de Conflictividad Social.
Además, una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) fue quemada en San Félix (Bolívar).
Miles de opositores marchaban a media mañana del miércoles para exigir a Maduro cesar lo que llaman la “usurpación” del poder, clamar por un gobierno de transición y elecciones.
Mientras, los seguidores del mandatario socialista, también miles, rechazaban lo que denuncian como un golpe de Estado en curso orquestado por Washington.
Comercios, escuelas, empresas e instituciones amanecieron cerradas y el tráfico vehicular era mínimo, bajo un clima de fuerte tensión. Aún están frescas en la memoria las violentas manifestaciones que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio de 2017.
En una fecha histórica, cuando se conmemoran 61 años de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, opositores y chavistas se concentran en varios puntos de la capital y otras ciudades, ondeando banderas de Venezuela.
Tomando impulso bajo el joven liderazgo del jefe del Parlamento de mayoría opositora, Juan Guaidó, la oposición busca superar sus fracturas y reanimar a sus seguidores, fijando una nueva hoja de ruta: “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”.
“Vamos a cambiar Venezuela, a conquistar la democracia”, había manifestado el martes Guaidó, al llamar a la población a manifestarse en todo el país.
Los chavistas buscan dar un espaldarazo al cuestionado segundo mandato de seis años que inició Maduro el 10 de enero, considerado "ilegítimo" por Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y varios países latinoamericanos.
La víspera, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, expresó su apoyo a las protestas opositoras, lo que Maduro consideró una orden para sus adversarios de "ejecutar un golpe de Estado fascista".
Las manifestaciones ocurren en medio de la peor crisis en la historia moderna del país petrolero, que sufre escasez de alimentos y medicinas y una hiperinflación que el FMI proyecta en 10.000.000% para 2019.
El colapso provocó el éxodo de 2.3 millones de personas desde 2015, según la ONU, el mayor movimiento migratorio en décadas en América Latina que ha dado lugar a brotes de xenofobia en países como Brasil, Colombia y Ecuador.
"Estamos marchando para que Guaidó se proclame presidente. No queremos a Maduro que es un usurpador. Estamos aquí para que se restituya la democracia", declaró a AFP Argenis Ramos, docente de 32 años, vestido de blanco, en el este de Caracas.