Madres de mujeres desaparecidas y asesinadas en México participaron el sábado 3 de febrero de 2024 en una misa, que también sirvió para levantar la voz a la sociedad y al Gobierno federal para que se asignen recursos a la atención y prevención contra el feminicidio y el rapto.
Durante 2023, la fronteriza Ciudad Juárez, en el norte de México, se consolidó como el epicentro de la violencia contra las mujeres en el país, con 155 asesinatos, de los que 25 se tipificaron como feminicidios, la cifra más alta en todo el territorio nacional.
Alejandro Durán, del colectivo Familias Unidas por la Verdad y la Justicia, señaló que esta misa se realiza cada año con una doble intención. ”Es para encontrarnos con otras personas que reconocen nuestro dolor, pero también es un acto público y es decirle a la sociedad y al Gobierno que nosotros no olvidamos… pueden vernos pocos, pueden decir, quizá nadie nos hace caso, pero para nosotros es un acto de resistencia, es un acto de dignidad”, sostuvo.
La misa se celebró en la Misión de Guadalupe, la primera construcción realizada en Ciudad Juárez cuando fue fundada como Paso del Norte.
Agregó que a lo largo de todos los años no han cesado las desapariciones y señaló que los gobiernos federal, estatal y locales tienen una deuda con las familias pues siguen sin encontrar a las personas desaparecidas, sean hombres o mujeres.
”Es una crisis nacional, hablamos de más de 100 mil personas desaparecidas, más de 3 mil personas en el estado (de Chihuahua) entre hombres y mujeres y es una crisis tremenda porque hay personas que buscamos a nuestros desaparecidos desde hace 10 años, pero también hay los que buscan desde hace un mes”, apuntó el activista.
Dijo que hay mucha dificultad para que la autoridad de seguimiento a los casos, pues las investigaciones llegan a un punto donde no avanzan y si las familias dejan de proveer información, se cierra la carpeta de investigación, se archiva el caso o simplemente no hay más seguimiento.
Añadió que otra gran deuda es el tema de salud de las personas que insisten en encontrar a sus desaparecidos, lo que ha supuesto que más madres y familias estén perdiendo la vida por enfermedades derivadas del desgaste emocional.