El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski tomó juramentó el jueves a los nuevos ministros de Transportes y de la Producción, un ajuste ministerial que ocurre tras la crisis que desató la suspensión de la construcción del aeropuerto internacional del Cusco.
Como ministro de Transportes asume el economista y empresario Bruno Giuffra, quien hasta ahora se desempeñaba en la cartera de la Producción. A él lo reemplaza el actual parlamentario oficialista Pedro Olaechea, economista y expresidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
El último lunes, el entonces ministro de Transportes, Martín Vizcarra, renunció al cargo tras verse obligado a suspender la construcción del aeropuerto internacional del Cusco, luego que el contrato para la obra fuera considerado irregular por la Contraloría, que inició acciones legales contra diez funcionarios de rango medio.
Vizcarra, también primer vicepresidente del Perú, era uno de los ministros más reputados del gabinete y había sido interpelado por el Congreso, que controla la oposición fujimorista, donde se le cuestionó por presuntamente comprometer los recursos del Estado en favor de la constructora privada a cargo de la obra.
Vizcarra explicó al Congreso que recibieron un contrato mal negociado de parte del gobierno anterior del presidente Ollanta Humala, e hizo lo posible por reducir los costos.
En una adenda firmada en febrero, el Estado asumió el 80% del costo total de la obra, y dejó a la firma un 20%. La oposición consideró que el riesgo debía ser asumido en partes iguales o proporcionales.
Para la Contraloría, esa medida terminó favoreciendo irregularmente al consorcio. La Sociedad Aeroportuaria Kuntur Wasi, integrada por la argentina Corporación América y el peruano Andino Investment Holding, que había ganado la licitación para la obra, evalúa si tomará acciones legales por la suspensión del contrato.
El gobierno aseguró que continuará con esa obra pero directamente desde el Estado. El aeropuerto, cuyo costo fue estimado en unos 500 millones de dólares, permitirá ampliar el flujo de viajeros en esta región turística.
Actualmente, el aeropuerto local del Cusco, región que alberga a la mítica Machu Picchu, tiene capacidad para 3 mil pasajeros diarios, pero recibe a 5 mil.
La obra era necesaria para apuntalar la economía peruana, golpeada por lluvias e inundaciones durante el primer trimestre, e impactada por la crisis que generó la firma brasileña Odebrecht, que debió dejar proyectos de infraestructura clave tras reconocer pago de sobornos para ganar obras públicas.
El aeropuerto era altamente demandado por la población del Cusco, como impulsor del empleo. Se han anunciado protestas para la próxima semana.