NUEVA YORK, EU. (DPA).- No está claro qué ocurrirá la próxima semana cuando los palestinos soliciten un estatus de Estado ante la Asamblea General de la ONU.
Ni siquiera el propio presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, lo sabe con certeza. Abbas realizará su discurso ante la Asamblea el 23 de septiembre y se espera que después entre al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la solicitud de que Palestina se convierta en miembro de pleno derecho de la ONU, según dijo su ministro de Exterior, Riad Malki.Actualmente, los palestinos tienen estatus de entidad observadora.
Después de 1998, se amplió su papel para permitir a los diplomáticos palestinos participar en algunas conferencias y otros asuntos burocráticos, pero no tienen derecho de veto en la Asamblea General ni tampoco de obtener un asiento en el importante Consejo de Seguridad.Desde que Abbas pidiera este año el reconocimiento del Estado palestino, más de cien países dieron el visto bueno, lo suficiente para que el debate llegue a la Asamblea, donde están representados 193 miembros.
Pero para convertirse en Estado de pleno derecho en la ONU, el Consejo de Seguridad de 15 miembros debería aprobar la solicitud, como ya hizo con increíble rapidez con Sudán del Sur, declarado recientemente país independiente.
Estados Unidos, uno de los cinco países con poder de veto en el Consejo, ha anunciado sin embargo que vetará la solicitud unilateral de los palestinos porque pone en peligro los esfuerzos de paz de décadas, con Israel buscando una solución de dos Estados. La efectividad del veto puede verse en otros ejemplos como el kosovar, reconocido por al menos 40 países como Estado pero que no puede entrar en la ONU como miembro pleno por el veto de Rusia.
Ante la frustración por el callejón sin salida al que llegaron las conversaciones de paz, la Autoridad Palestina declaró a inicios de año que buscaría unilateralmente el reconocimiento como Estado. Pero incluso en los territorios palestinos falta un acuerdo general.
El movimiento islamista Hamas, que controla la Franja de Gaza, rechaza el intento como un movimiento táctico que cementaría las fronteras de Israel.
Si la solicitud de la Autoridad Palestina es rechazada en el Consejo de Seguridad, tiene una opción alternativa, que es la que se prevé exitosa: puede dirigirse directamente a la Asamblea General de la ONU para buscar una elevación de su estatus de entidad observadora al de Estado observador, como el que tiene El Vaticano.
Ello permitiría a los palestinos participar en los debates de la Asambela General, pero aún sin derecho a voto. Sin embargo, tendría más herramientas, como por ejemplo unirse al Tribunal Penal Internacional y presionar para la persecución de los supuestos crímenes de guerra cometidos por Israel.No hay reglas para el estatus de observador definidas en la carta de la ONU y hay escasos precedentes para esta situación.
Y mientras, obtengan o no la estatalidad a ojos de la ONU, los palestinos siguen siendo dependientes económicamente y en su libertad de movimientos de sus relaciones con Israel, que controla físicamente la mayoría de sus fronteras.