En la panadería de una concurrida calle del este de Caracas se encuentra aceite de oliva español, salsa de tomate italiana y chocolates estadounidenses.
Está surtida de productos importados, impagables para muchos venezolanos. Pero un cartón amarillo advierte en su puerta: "No hay pan".
Varias panaderías que no tienen harina de trigo colgaron esos carteles. Las que aún disponen de sacos de 50 kilos despachan dos "canillas" (barras) de pan por consumidor temprano en la mañana, al mediodía y al final de la tarde, lo que genera largas filas. "
"Tenemos los hornos parados", declaró a la AFP el panadero Freddy Vilet, detrás de un mostrador que solo almacena charcutería y galletas. Desde hace un mes no consigue trigo y dejó de elaborar pan salado y dulce.
La caída del precio del petróleo, fuente del 96% de divisas de Venezuela, lo ha dejado casi sin recursos para comprar materias primas, provocando una severa carestía de alimentos y medicinas.
La sequía de dólares empezó ahora a afectar la producción de pan y otros derivados del trigo, un cereal que Venezuela prácticamente no produce y debe importar.
"Realmente nos preocupa que se estén paralizando los molinos", afirmó a la AFP el presidente de la Federación de Trabajadores de la Harina, Juan Crespo.
Cinco de los 12 molinos de trigo existentes en el país, que dan trabajo a unas 12 mil personas, cesaron operaciones, precisó Crespo. Las panaderías emplean a otras 8 mil .
Un industrial que prefirió no identificarse confirmó a la AFP que "hay trigo para los próximos 12 días", por lo que aplaude que el gobierno busque soluciones a "la falta de dinero y la ausencia de aprobaciones de nuevos embarques".
"Las autoridades están asignando materia prima (comprada por el Estado) para que no se paralicen las industrias, pero la falta de divisas impactará los inventarios de alimentos", pronosticó.
El gobierno venezolano anunció que en marzo llegarán 170 mil toneladas de trigo al país para cubrir la demanda de un mes y garantizar inventario para otros 30 días.
Tras recorrer cuatro panaderías en busca de dos "canillas", Francesco Angelastro, de 71 años, asegura molesto que "conseguir pan se volvió un calvario".
En Catia, oeste de Caracas, la Panadería y Arepera Venezuela 4F -en alusión a la intentona golpista de Hugo Chávez del 4 de febrero de 1992- vende pan subsidiado por el Estado, aunque sus clientes se quejan de que los precios acaban de subir y se acercan a los de una panadería privada.
