Periodistas y activista espiados por ejército exigen reacción a López Obrador

Periodistas y activista espiados por ejército exigen reacción a López Obrador


Tres personas -dos periodistas y un defensor de los derechos humanos- espiadas por las Fuerzas Armadas a través del software Pegasus, según una investigación reciente bautizada como “Ejército Espía”, exigieron este lunes al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, explicaciones acerca de la operación y presentaron una denuncia formal ante la Fiscalía General de la República (FGR).

“Tenemos la exigencia de que queremos saber en la mañanera de mañana quién autorizo el espionaje, a cuantas personas enviaron la información, y por qué el presidente prometió que no iba a haber espionaje y lo hubo. Por eso nos sumamos a la denuncia ante la Fiscalía”, dijo en conferencia de prensa el periodista Ricardo Raphael, una de las tres personas espiadas, según la investigación.

“Ejército Espía” recoge los casos de Raymundo Ramos -defensor de los derechos humanos en Tamaulipas-, el propio Raphael, y un periodista del medio de comunicación Animal Político, cuyos teléfonos móviles fueron intervenidos durante la actual administración mexicana.

“Se está presentando una denuncia ante la Fiscalía por intervención de comunicaciones privadas sin autorización judicial el día de hoy”, detalló en conferencia de prensa Leopoldo Maldonado, director para México y Centroamérica de la ONG Artículo 19, una de las organizaciones que participaron en la investigación, junto con los medios de comunicación Proceso, Animal Político y Aristegui Noticias, y organizaciones como Citizen Lab de Toronto.

Maldonado detalló que los dispositivos de las víctimas de espionaje fueron sometidos a un “análisis forense riguroso” que da “evidencia concluyente” de que los teléfonos fueron infectados para poder acceder a su contenido.

Según la investigación, se utilizó una versión de Pegasus más actualizada que la anterior, sobre la que ya se habían reportado casos previamente en México.

En julio de 2021 una investigación de medios internacionales destapó que varios países intervinieron 50,000 teléfonos con el programa Pegasus, de los que 15,000 casos fueron en México durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la cifra más alta.

La investigación reveló que fueron intervenidas las comunicaciones de activistas y periodistas; del entonces líder opositor y actual presidente, López Obrador, además de algunos de sus colaboradores y su cardiólogo, así como familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa.

Después de estas revelaciones, el presidente prometió que en su Gobierno no se contratarían sistemas de espionaje.

Sin embargo, la investigación “Ejército Espía” revela que sí hubo espionaje por parte de las Fuerzas Armadas mexicanas, por lo que el informe presenta dos posibles escenarios: que el mandatario mintió al pueblo mexicano o que el Ejército toma decisiones al margen de las decisiones gubernamentales.

“En México las Fuerzas Armadas siguen violando los derechos humanos”, sentenció Maldonado.

Por su parte, el director de Animal Político, Daniel Moreno, consideró que a través del periodista con el teléfono infectado accedieron a toda la redacción: “Hubo acceso a toda la información que publicamos, que íbamos a publicar y a todas las fuentes de información”.

Por otro lado, el pasado viernes el medio Latinus reportó la filtración de decenas de miles de correos electrónicos que estaban desde 2016 en los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Los documentos incluyen detalles sobre el estado de salud del presidente López Obrador, quien tuvo un infarto en 2013 y un cateterismo en enero pasado.

Además, según el reporte periodístico, exhiben el poder del Ejército dentro del Gobierno y disputas entre los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina (Semar), José Rafael Ojeda.

También hay detalles sobre el llamado “Culiacanazo”, operativo fallido de octubre de 2019 que buscó detener a Ovidio Guzmán, hijo del “Chapo” Guzmán en Sinaloa, en el noroeste del país.

LAS MÁS LEÍDAS